Un increíble baile de apnea con cachalotes para Guillaume Néry


El buceador en apnea francés Guillaume Néry revela su nuevo (y octavo) cortometraje titulado "Una respiración alrededor del mundo". Las imágenes son impresionantes, incluida la increíble escena del cachalote, y la música está idealmente elegida. Suba a bordo para 12 minutos de dulzura, en apnea, en el fondo de océanos !

Guillaumé Néry es un apneísta francés de 36 años, doble campeón del mundo. El hombre pez es capaz de descender hasta una profundidad de 125 m. Pero un accidente durante una competición le llevó a poner fin a su carrera deportiva. Sin embargo, esto no le impidió bucear y fue en colaboración con su compañera, Julie Gautier, que realizó algunas películas increíbles de sus escapadas submarinas.

En este nuevo cortometraje titulado "Una respiración alrededor del mundo", encontramos al buceador en las profundidades submarinas que tanto le gustan, descubriendo la fauna que le rodea. Las fotos de todas las escenas están contadas y explicadas en un libro publicado por Glénat .

Desde nadar en increíbles paredes verticales, hasta encontrarse con una familia de cachalotes, pasando por bailar entre tiburones, trepar por ramas o esprintar por una brecha de arena blanca en medio de oscuras rocas, ¡todo es increíble! Las imágenes asociadas a la música son sencillamente hermosas y, una vez más, ¡nos quedamos asombrados! También encontramos esta escena filmada al revés, donde no sabemos dónde está la tierra, dónde está el cielo...

Para realizar esta película fueron necesarios 8 meses de rodaje. El buceador exploró el Mediterráneo, el Pacífico, Mauricio, los cenotes de México, el lago helado de Päijänne en Finlandia, pero también una ciudad hundida en Japón. Es nada menos que su compañera, Julie Gautier, también apneísta, quien filma sus inmersiones.

La escena más impresionante sigue siendo la de los "monolitos", como dijo el apneísta a France Culture. Esta escena en la que los cachalotes están a la luz de las velas (posición de descanso).

Una vez más, uno no puede sino quedar impresionado por la facilidad del buceador, por esa sensación de ingravidez.

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