Un estilo de vida alternativo
Vivir en un velero significa elegir un modo de vida diferente. La vida a bordo no tiene nada que ver con la vida en tierra, en un hogar clásico. Al vivir en un barco, se opta por una vida siempre en movimiento: a merced de los vientos, las olas, las mareas y las corrientes. El entorno del barco siempre está cambiando.
Hay que adaptarse a un hábitat más pequeño y conformarse con lo mínimo: ¡en un barco no hay lugar para la acumulación! Si en una casa o un piso es fácil disponer de electrodomésticos, por ejemplo, vivir en un velero restringe las posibilidades.
Con la familia o los amigos, los espacios vitales son compartidos por todos, y es difícil tener privacidad. En el exterior, algunos fondeaderos son muy concurridos y la vecindad puede ser muy estrecha.

El equipo adecuado
En el ancla, la comodidad depende realmente del barco. La autonomía energética no debe tomarse a la ligera Para vivir cómodamente, las baterías de alto rendimiento son esenciales. Los paneles solares y las turbinas eólicas son la mejor manera de recargarlos. A bordo, un convertidor de tensión también es muy útil.
En cuanto al agua dulce, es fundamental pensar en la capacidad de almacenamiento: los grandes depósitos permiten ser más autónomos y espaciar los repostajes. Al igual que en la navegación, todos los recursos deben ahorrarse al máximo para que perduren en el tiempo
Para mantenerse conectado, puede valer la pena instalar una estación base en su barco para captar la red WiFi disponible en la zona. Si no, un paquete telefónico que incluya datos suele ser suficiente, con una conexión compartida.
En el exterior, los toldos de buena calidad le permiten salir a la calle con cualquier tiempo, y ser menos visible para sus vecinos.

De un lado a otro en el día a día
Para vivir a bordo, es imprescindible tener una embarcación auxiliar que funcione, un motor fueraborda fiable o unos brazos fuertes para remar
El bote se utiliza para ir a tierra a trabajar, para llevar a los niños a la escuela, para abastecerse de provisiones, para recoger el correo que ha llegado al buzón, para lavar la ropa, para descargar los cubos de basura� Sin un poco de organización, los repetidos viajes de ida y vuelta entre el bote y la tierra pueden convertirse rápidamente en algo restrictivo.
Cuando la licitación es el principal medio de transporte, es muy valiosa. Tienes que pensar en asegurarlo cuando pones el pie en el suelo. Elegir un barco poco atractivo, o disimular un motor nuevo, puede ser una buena idea. Si desembarca en el puerto, es posible que tenga que pagar una tasa por dejar el barco en el muelle.

Una palabra clave: anticiparse
Cuando tienes tu casa en el agua, todas las pequeñas cosas de tu vida adquieren una nueva dimensión
Aunque las limitaciones del terreno exigen una organización, también es necesaria la flexibilidad. En condiciones meteorológicas adversas, se puede impedir el desembarco u obligar a permanecer a bordo para garantizar la seguridad del barco. Un horario flexible le permite llegar al barco en caso de vientos huracanados.
También puede disponer de un miembro de la tripulación a bordo en todo momento, para poder reaccionar rápidamente en caso de problemas. Aunque haya elegido un lugar bien protegido, si vive anclado debe estar siempre preparado para zarpar.
