Transformar un velero de cincuenta años en una unidad capaz de cruzar los océanos sin combustible fósil es todo un reto técnico. El proyecto Sailing Uma, dirigido por Dan y Kika desde hace más de diez años, ilustra las etapas de un reacondicionamiento completo: restauración estructural, protección del casco, electrificación y acondicionamiento diseñado para una vida independiente.

Reacondicionamiento de un yate de 50 años: restauración de la estructura y el casco
Un barco construido en los años setenta impone limitaciones particulares a la obra. La primera etapa consistió en reacondicionar las estructuras habitables y consolidar algunos elementos estructurales. El reacondicionamiento permitió preparar el yate para la navegación oceánica, integrando materiales modernos y respetando al mismo tiempo el diseño original. Los constructores aficionados y los navegantes que deseen restaurar un barco antiguo deben tener en cuenta el problema de las piezas imposibles de conseguir y las normas de seguridad vigentes.

Revestimientos y mantenimiento: proteger su embarcación a largo plazo
La elección de imprimaciones y pinturas desempeñó un papel decisivo en la conservación del barco. Las zonas expuestas a la humedad, como sentinas y pañoles, se recubrieron con imprimaciones epoxídicas resistentes. Para el casco y la cubierta, se optó por un sistema de dos componentes con acabado de poliuretano, que garantiza tanto la resistencia mecánica como la resistencia a los rayos UV. Por último, la aplicación de un antiincrustante autoextinguible tiene por objeto limitar las incrustaciones durante las largas navegaciones, factor esencial para reducir el consumo de energía de un yate electrificado.

Electricidad: autonomía y limitaciones técnicas
El principal cambio es el abandono total del motor de combustión interna. El yate está equipado ahora con 2 motores eléctricos alimentados por un banco de baterías, recargado a su vez únicamente por paneles solares y turbinas eólicas. Para un barco de este tamaño, la gestión de la autonomía se basa en un dimensionamiento preciso: superficie disponible para la energía solar, capacidad de almacenamiento, regulación de la carga y optimización del consumo de los equipos de a bordo. La electrificación ofrece confort acústico y elimina la necesidad de repostar, pero exige un control constante de la energía disponible.

La vida a bordo: acondicionar el interior para el largo viaje
El rediseño del interior brindó la oportunidad de trabajar en la ventilación y la protección contra la humedad. Se han utilizado imprimaciones resistentes a la condensación como base de acabados duraderos. La ergonomía de los espacios se ha replanteado para una pareja que vive en total autonomía: almacenamiento de alimentos, gestión del agua y comodidad para dormir. Estas opciones interesan a los navegantes de larga distancia, que saben que la habitabilidad determina la duración de su estancia en el mar.

Navegar sin combustibles fósiles: ¿qué perspectivas tienen los navegantes?
La experiencia de Sailing Uma demuestra que es posible navegar sin gasóleo, incluso en un yate clásico. Sin embargo, requiere una preparación meticulosa y disciplina diaria en lo que se refiere al consumo de energía. Para los navegantes, esta experiencia ofrece pistas concretas: menor dependencia del motor, mayor autonomía gracias a las energías renovables y anticipación de las limitaciones ligadas al tiempo y al sol. Más que un experimento, este proyecto ofrece una visión realista de lo que podría llegar a ser la náutica sostenible en las próximas décadas.
