Del 24 al 28 de septiembre de 2025, los muelles de Orleans resonaron al ritmo de los mástiles, los cantos y las maniobras de los barqueros. Con 240 barcos procedentes de toda Europa, la Festival del Loira confirma su papel de encrucijada entre la memoria de los ríos y las prácticas náuticas contemporáneas. Más que un espectáculo, este evento explora el lugar de los ríos en nuestro patrimonio y cultura náuticos.

El Loira, un patrimonio náutico que merece la pena preservar
La participación de 700 barqueros fue un recordatorio de la importancia capital de la transmisión de conocimientos y técnicas. Las embarcaciones tradicionales âeuros gabares, fà "treaux o toues âeuros encarnan una memoria colectiva forjada por el transporte fluvial, la pesca y el comercio. El encuentro de Orléan brinda la oportunidad de observar estas unidades en acción y comprender el exigente mantenimiento que requieren estos cascos, a menudo construidos en madera maciza. Para los visitantes, también es la oportunidad de adentrarse en la historia del transporte fluvial y de los oficios asociados al rÃo.

Abrirse a las tradiciones lacustres alpinas
Invitados de honor en 2025, los lagos CÃ'me, Maggiore y Leman han añadido una nueva dimensión. Cerca de 30 bateles alpinos, cochères o canoas âeuros se han unido a la flota del Loira. Su presencia ilustra el parentesco entre la navegación lacustre y fluvial, ambas marcadas por el transporte de pasajeros y mercancías. Las demostraciones, que combinan técnicas de remo, gastronomía y espectáculos artísticos, subrayan los vínculos entre las culturas náuticas europeas.

El papel de las grandes regatas
Con 550.000 visitantes, el Festival del Loira se ha consolidado como una fuerza impulsora de la navegación fluvial. Reuniones como ésta estimulan la restauración de embarcaciones y fomentan la construcción de réplicas. También sirven de escaparate para los carpinteros de ribera y las asociaciones que trabajan para mantener vivas técnicas antiguas como el calafateado y la carpintería tradicional. Por último, pero no por ello menos importante, estos eventos brindan a los marineros la oportunidad de compartir su pasión con un público a menudo alejado del mundo náutico.

Transmisión a las generaciones más jóvenes
Más de 7.500 escolares participaron en los talleres de la Aldea del Descubrimiento. Maquetas, paseos en barco y actividades centradas en la biodiversidad han contribuido a despertar su curiosidad. Este enfoque pedagógico es uno de los grandes retos: ¿cómo inspirar a las nuevas generaciones para que se apropien de un patrimonio exigente, en el que el mantenimiento de un barco requiere tiempo, materiales específicos y unos conocimientos técnicos a menudo poco comunes?
Accesibilidad e inclusión en las plataformas
El festival también promovió la accesibilidad. Las asociaciones locales prestaron apoyo a los visitantes discapacitados, y los chalecos vibratorios permitieron a los visitantes con deficiencias auditivas seguir los espectáculos sonoros. La plataforma para PMR instalada en el pantalán ofrecía una facilidad de acceso sin precedentes. Estas iniciativas plantean una cuestión central para los grandes acontecimientos náuticos: ¿cómo abrir nuestro patrimonio fluvial al mayor número posible de personas, independientemente de sus condiciones físicas o sociales?
Conclusión
El Festival de Loira 2025 seguirá marcado por la diversidad de sus barcos y el entusiasmo del público. La próxima edición, prevista para septiembre de 2027, seguirá en la misma línea: la de un patrimonio vivo, donde cada barco cuenta una historia de la navegación y del vínculo entre el hombre y el agua.