En su descenso hacia Gibraltar, Hugo se toma su tiempo y navega con el viento. Tuvo algunos encuentros agradables, como este intercambio con calderones, que a menudo se ven jugando en la estela o en la proa de los barcos. Estas miniballenas miden entre 5 y 6 m y pesan entre 3 y 4 toneladas. Viajan en bandas de varias decenas de individuos.
Con el mar en calma, Hugo tiene tiempo de apreciarlos. Aquí ofrece imágenes llenas de poesía.