El faro de Cabo Bojador, el primer cabo realmente histórico de la Vendée Globe

© Jean-Benoit Héron

Después de este curso, entramos en lo desconocido. Los navegantes de la Vendée Globe pasan frente a la costa africana, más cerca de las Islas Canarias, pero este faro señala la entrada en aguas desconocidas para todos los navegantes de la historia.

Durante mucho tiempo, este cabo fue considerado por los europeos como la frontera meridional de un mar de oscuridad: el Mare Tenebrarum. Alejarse de la costa parecía impensable. Los barcos no estaban diseñados para la navegación de altura, sino que eran buques de cabotaje con cascos redondos y poco calados, pero podían entrar fácilmente en las rías para explorar las costas. Sólo en 1434 el navegante portugués Gil Eannes se atrevió y consiguió cruzar voluntariamente este límite marcado por el cabo Bojador a bordo de una carabela conducida por unos quince hombres. Lo hizo casi por sorpresa, ya que se hizo a la mar al acercarse al cabo. Retirándose hacia el este después de algún tiempo, llegó a la costa de África más allá de esta barrera hasta ahora infranqueable. Gil Eannes regresó a Portugal como un auténtico héroe, que pudo así seguir estableciendo puestos comerciales en la costa africana.

Encargado en 1956

Sin embargo, no fue hasta 1482 cuando Juan II de Portugal envió a Diogo Cão a explorar las costas africanas aún más al sur y a establecer una nueva ruta hacia las Indias.

Este faro fue puesto en servicio en 1956 y ahora está clasificado como monumento histórico. La última edición de luces y señales antiniebla publicada por la SHOM indica que se apagará en 2018.

Es cierto que los competidores de la Vendée Globe la están superando desde hace tiempo (incluso los más rezagados como Charal), pero la historia de esta capa nos pareció tan importante que no podíamos ignorarla.

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