Una laguna paradisíaca
Navegamos toda la noche desde la isla de Anaa. Tras varias viradas para llegar a Tahanea por la mañana, llegamos a una hora en la que el sol ya estaba alto y la luz era ideal para divisar con claridad las espinas del coral.
Entramos en la laguna de Tahanea a través del paso de Motupuapua. El agua es de color azul turquesa y anclamos en 6 m de agua, frente a uno de los motus.
No hay nadie más aquí. No hay barcos, ni redes móviles ni conexiones a Internet que nos molesten. Promete ser una parada rejuvenecedora
Un fondeadero con muchos peces
Bajo nuestro barco, es un verdadero acuario: algunos loros, cirujanos, un enorme napoleón más grande que los tiburones de punta negraâ?¦ los peces son numerosos y curiosos al ver un barco anclado aquí.
Tras una breve inmersión para comprobar el anclaje, intentamos pescar. Con un trozo de pan preparado la víspera y un pequeño anzuelo en el extremo de un sedal de nylon, capturamos en pocos minutos un pinzón cebra, ¡que nos comeremos en la barbacoa!

Diferentes paisajes en el motu
Tras el almuerzo, desembarcamos la lancha en la playa del motu para recorrerlo:
En la costa de barlovento, los caminantes que pasaron antes que nosotros se divirtieron haciendo pequeñas esculturas con elementos naturales: corales, madera, conchasâ?¦ Cada uno tenía su pequeña creación para marcar su paso, y esto hizo un paseo artístico bastante original.
En este lado, las olas son bravas y hay algunos objetos traídos por el mar en la playa.
Cruzando el motu desde el interior, nos encontramos con una zona de laguna muy plana, con un poco de terreno fangoso âeuros mezcla de arena y tierra. Los pájaros intentan intimidarnos casi afeitándonos.

A sotavento de la laguna, las aguas tranquilas y translúcidas, los peces y los tiburones de punta negra disfrutan de las aguas cálidas y poco profundas. Hay mucho que ver mientras se nada.
Bancos de enormes conchas y algunas esponjas cubren toda la playa. Recogemos madera seca y corteza de coco para encender nuestra barbacoa, y también cocos cuya agua probaremos más tarde.
Volvimos al barco al final del día, bien agotados, un poco quemados por el sol, ¡pero felices!


El deseo de volver a disfrutar
Buceo, paseos por la playa, lectura, siesta en la hamaca o en la playaâeuros¦
Estaremos tan encantados con la vida aquí que prolongaremos nuestra estancia en Tahanea.
Nos tomaremos mucho tiempo para nosotros mismos, sin dejar de disfrutar del sol, la playa, la naturaleza y todo lo que nos ofrece.
Y entonces será el momento de zarpar de nuevo. Tomaremos el canal de Teavatapu unos días después, en aguas flojas, para salir de la laguna.
