Escocia es un país de cuento, lleno de lugares hermosos. Perdidas en medio del Minch, las islas Shiant ofrecen un paseo en barco por un paisaje magnífico, con la única compañía de pájaros y focas.

Islas impresionantes
Las islas Shiant son un pequeño grupo de islas en medio del Minch, entre las islas de Skye y Lewis. Las tres islas principales se llaman Garbh Eilean y Eilean an Tighe, conectadas por un istmo, entonces Eilean Mhuire .


Presentan espectaculares acantilados con formaciones geométricas. De hecho, las columnas de dolerita del lado norte de Garbh Eilean tienen más de 120 metros de altura y unos 2 metros de diámetro. En algunos puntos son mucho más altos que los de Staffa y la Calzada de los Gigantes. También hay cuevas y un hermoso arco al pie de los acantilados.

Un fondeadero en aguas profundas
Sólo es posible fondear en las islas Shiant. El fondeadero principal se encuentra al este de Garbh Eilean en medio de las tres islas, frente al istmo. Dependiendo del viento, los barcos también pueden parar frente a la casa, al oeste de Eilean an Tighe .

Sin embargo, hay que fondear en aguas relativamente profundas, entre 16 y 18 metros, a menos que se esté muy cerca de la costa. A este respecto, los sondeos de las cartas parecen bastante inexactos. Como el fondo es incierto, también conviene utilizar un cabo de amarre.

Un refugio para las aves
Las islas Shiant albergan una gran población de aves marinas. Entre ellas, miles de frailecillos, las famosas pardelas, anidan en las laderas de Garbh Eilean. Hace unos años se llevó a cabo una importante operación de desratización para eliminar las ratas negras de las islas. Estas ratas se alimentaban de huevos y polluelos de aves marinas.

Las laderas de las islas también se utilizan para el pastoreo de ovejas, que mantienen la vegetación.
Un retiro atemporal
Las islas son de propiedad privada. Sin embargo, están abiertas al público. Incluso es posible reservar la casita gratis para alojarse allí. Las condiciones son muy rústicas, ya que no hay agua, electricidad ni aseos. Esto lo convierte en un lugar muy especial para un retiro completamente atemporal. La oportunidad perfecta para leer el libro Sala del Mar de Adam Nicolson, que celebra estas islas.
