La bahía de Tous les Saints, una zona de navegación rica en escalas en Brasil.

El archipiélago de Cairu © Malou Montésinos

La mayor bahía de Brasil es más conocida por albergar Salvador de Bahía, pero hay un número impresionante de otros lugares de crucero. Es una delicia deambular de isla en fiordo, y luego explorar unos cuantos ríos a lo largo de varias semanas.

La Bahía de los Santos es algo más que la famosa ciudad de Salvador de Bahía, aunque no carece de atractivos . He aquí una selección de las riquezas de la mayor bahía de Brasil.

Aratu

Aratu es un imponente puerto cerealista. Comparte el estuario del río con una terminal Ro-Ro...

No es muy poético, hay que reconocerlo. Sin embargo, descubrir este fondeadero perfectamente protegido en el fondo de su fiordo bien merece las desviaciones. Hay un tranquilo pueblo y 3 buenos puertos deportivos donde dejar el barco si es necesario.

Itaparica

A una docena de millas de Salvador, la isla de Itaparica es la mayor de la bahía, que alberga otras 55. Su balneario es muy popular entre los baianos, por su proximidad y accesibilidad. Un arrecife de coral rompe el oleaje del mar abierto, lo que permite fondear cómodamente en una playa de arena. El cercano puerto deportivo dispone de un pantalán para lanchas neumáticas. Gran parte de la población local vive modestamente, y por desgracia es necesario tomar todas las medidas habituales en Brasil para evitar robos.

Itaparica- banc de sable pratique pour caréner
Itaparica - un bonito banco de arena

Itororo

Unas diez millas más al sur, otro fondeadero de ensueño con aguas claras y tranquilas. Se trata de Itororo, en la isla de Matarandiba. Un manantial brota de entre las rocas, en medio de la exuberante vegetación. Aquí todo es calma y serenidad.

Fontaine d'Itororo
Fuente de Itororo

El río Paraguaçu

Las orillas del río Paraguaçu, cubiertas de exuberante vegetación, están salpicadas de vez en cuando por un pequeño claro que da cobijo a unos pocos humanos... Anclamos frente a la ciudad de Maragogipe.

Aquí hay pocos turistas. Las anchas y limpias calles empedradas están bordeadas de casas inacabadas. Aunque la zona no es pobre, tampoco es muy próspera... La ciudad sufre inundaciones en épocas de crecida. Casi todas las casas tienen rejas metálicas más o menos elaboradas en las puertas y ventanas. Numerosas plazas, escasamente arboladas y con bancos públicos, permiten a los paseantes contemplar escenas de la vida ordinaria, pintorescas y coloristas.

Cachoiera

Cachoeira, una antigua y encantadora ciudad colonial, es un lugar animado. Se puede llegar por carretera desde Maragogipe. Sin embargo, es accesible para embarcaciones con un calado de hasta 2,50 metros.

Hay muchas cosas interesantes que ver aquí, como museos y una fábrica artesanal de puros.

Cruzar el río por el viejo puente metálico con sus tablones desordenados puede ser un auténtico viaje al pasado...

Gamboa en la isla de Tinharé

El pueblo de Gamboa, prácticamente inaccesible por tierra, es popular entre los turistas. Las conexiones se realizan principalmente por mar, con canotes de una docena de metros de eslora. Varias lanchas rápidas y semirrígidas sobrealimentadas completan la oferta de transporte. Una gran playa de arena blanca, cocoteros, casitas de poca altura, algunas tabernas que sirven cerveza caliente con mesas de plástico y sombrillas de colores brillantes: ése es el panorama que se ve al despertarse por la mañana...

Gamboa
Gamboa

Las playas de Morro de Sao Paulo

Un manantial natural produce un lodo rojo al que los lugareños han atribuido todo tipo de virtudes. Unos para adelgazar, otros para rejuvenecer, otros para mantenerse sanos... En el faro de la punta del Morro, una rudimentaria garita alberga a un vigilante que cobra a los transeúntes una tarifa especial para visitar lo que llaman el Saint-Tropez de los bahianos. De hecho, esta pequeña ciudad está impregnada de un ambiente alegre y jovial, perfecto para holgazanear.

Morro-Sao-Paulo
Morro-Sao-Paulo

Navegar por el campo

Entre las islas de Tinharé y Cairù, camino de Boipeba, los canales son estrechos y las orillas tan frondosas que, en algunos lugares, el paisaje es más verde que azul

Se navega muy atento a las indicaciones de la sonda, imprescindible para llegar a Canavieiras sin encallar.

Canavieiras

Situado en la isla de Tinharé, este pequeño pueblo pesquero es uno de los mayores criaderos de ostras de Bahía . Está enclavada en una encrucijada marítima formada por tres islas y el continente. Es tranquila, serena y sencillamente encantadora... Algunos restaurantes flotantes ofrecen encuentros inolvidables con los amables lugareños. Canavieiras es una de las zonas protegidas donde los recursos naturales se utilizan de forma sostenible. Pequeños monos saltan graciosamente de rama en rama, observando a los bípedos con el rabillo del ojo.

Restaurants flottants de Canavieiras à ne pas manquer
Restaurantes flotantes de Canavieiras que no debe perderse

Boipeba

Sólo un pequeño brazo de cuatro millas y media separa Canavieiras de la isla de Boipeba. Lleva el simpático nombre de "Río de Inferno". El canal es tortuoso y poco profundo en algunos puntos. A Porto de Boipeba se llega en lancha neumática. Estrechos senderos de arena pantanosa permiten descubrir esta isla declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y rica en biodiversidad. Un original taxi local consiste en un tractor agrícola que remolca un carro de madera, provisto de tablones a modo de asientos...

Valenca
Valenca

Una visita a Valença, ciudad de 100.000 habitantes, puede poner punto final a este emocionante crucero, sumergiéndolo en el ajetreo y el bullicio de la vida urbana, en marcado contraste con el apacible ritmo de vida de los anteriores puertos de escala.

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