Con más de 7.400 kilómetros de costa atlántica, Brasil ofrece una gama excepcional de lugares aptos para los deportes de tabla. Los vientos alisios del Sureste, constantes entre julio y diciembre, ofrecen a diario un campo de juego para windsurfistas, kitesurfistas, wingfoilers y otros navegantes ligeros. Desde las interminables playas de Fortaleza hasta las lagunas vírgenes del Nordeste, cada región está desarrollando su propia cultura náutica, apoyada por una red de escuelas y clubes dinámicos. ¿Qué equipo de vela elegir? ¿En qué época del año? ¿Cuáles son los mejores lugares para aprender o perfeccionarse? He aquí una panorámica de los deportes náuticos de Brasil, desde el cambio de aires hasta el rendimiento.
El noreste: reino de la cometa y la vela
La región de Ceará, y en particular la zona entre Fortaleza y Jericoacoara, se ha convertido en el epicentro mundial del kitesurf. El viento sopla side-shore, a veces ligeramente side-on, ofreciendo unas condiciones casi perfectas con un oleaje moderado. En Cumbuco, la larga playa de arena alberga escuelas como Cumbuco Kite Center, Windtown Brazil Cumbuco y Vila Coqueiros Kite School. Aquí también se practica el windsurf, apoyado por un viento constante y largas líneas de aguas abiertas sin choppy desordenado.
Hacia el norte, en dirección a Jericoacoara, encontrará lugares menos frecuentados, como Icaraizinho de Amontada y Almofala. Aquí también, la costa cuenta con una selección de acogedoras pousadas para alojarse, a menudo situadas justo al lado de escuelas de kitesurf y wingfoil que ofrecen clases, entrenamiento personalizado y supervisión segura en los spots cercanos.



En Jericoacoara, el relieve y la configuración lagunar del spot permiten navegar en mares más llanos, ideales para el freestyle o para perfeccionar la técnica. El Club Ventos Jeri es una institución para los aficionados al windsurf y también ofrece el último equipamiento de aletas para alquilar.



Para quienes deseen evitar las turbulencias de Jericoacoara, la playa de Préa está a sólo 12 km. La escuela Kitenomad ofrece una gama completa de servicios para los aficionados al surf, desde principiantes hasta experimentados. Cursos personalizados de freestyle o en las olas, downwinds supervisados por la costa, exploración de spots poco conocidos, alquiler y venta de material de alta gama, ropa de surf... el equipo supervisa cada sesión con atención al detalle e introduce a los visitantes en el espíritu del surf brasileño y la cultura local.
El Nordeste salvaje: las lagunas de Parnaíba y los parajes de Maranhão
Menos frecuentada, la zona que va de Parnaíba a São Luís está llena de rincones para los amantes de los deportes náuticos. El delta del Parnaíba, el segundo más grande de América, puede descubrirse en catamarán de playa o en pequeña embarcación auxiliar para los navegantes. Para los jinetes, se organizan descensos de varias decenas de millas, a veces con logística móvil por tierra. Escuelas como Rancho do Kite (Prea) ofrecen expediciones supervisadas de varios días. Las zonas llanas del interior de las lagunas también atraen a los aficionados al estilo libre de florete, que disfrutan de aguas sin olas y con seguridad natural.



Sureste: planeadores urbanos en Río y Paraty
En Río de Janeiro, la bahía de Guanabara ofrece terrenos contrastados: oleaje en el lado abierto del Atlántico (Praia do Pepê), mar más tranquilo y protegido en el lado de Niterói. El Club de Vela de Río e instalaciones como la Escola Brasileira de Windsurf, en Barra da Tijuca, ofrecen windsurf y wingfoiling con un panorama urbano único. Para los que prefieran un ritmo más pausado, Paraty, a 250 km al sur, ofrece un tramo de agua protegida muy popular entre los corredores de SUP y los navegantes de vela ligera (Laser, Hobie Cat). También es posible la navegación costera en catamarán.



Florianópolis y el Sur: el Brasil templado de los navegantes
La isla de Santa Catarina, donde se encuentra la ciudad de Florianópolis, ofrece una navegación más técnica con vientos irregulares, a menudo del sur-sureste. El spot de Lagoa da Conceição, una inmensa laguna interior, es ideal para el foiling o la vela ligera. La Escuela de Kitesurf IKO ofrece aquí formación certificada. La costa atlántica, más expuesta, es ideal para riders experimentados que buscan combinar planeo y rendimiento. Las escuelas de vela ofrecen cruceros de entrenamiento por el archipiélago circundante.



Una red probada para el esquí y el snowboard
Brasil se beneficia del desarrollo del turismo centrado en el surf, con muchas escuelas afiliadas a la IKO (Organización Internacional de Kiteboarding) o a la VDWS (Asociación Internacional de Deportes Acuáticos).
La costa brasileña está dirigida principalmente a surfistas de nivel intermedio a avanzado. La rompiente puede ser potente, el oleaje es fuerte y no hay socorristas en algunos puntos, por lo que hay que ser independiente y saber controlar la tabla. Sin embargo, varios clubes ofrecen cursos y navegación supervisada para que todo el mundo pueda descubrir las sensaciones del surf tropical, apoyado por vientos generosos y paisajes impresionantes.

La época ideal para practicar deportes de tabla en Brasil es entre julio y diciembre, cuando los vientos alisios son más regulares, con una fiabilidad máxima entre agosto y noviembre. Estos vientos constantes oscilan entre 15 y 25 nudos, y a menudo se ven reforzados por efectos térmicos costeros por la tarde, sobre todo alrededor de Fortaleza. De enero a marzo, la temporada de lluvias altera la regularidad del viento, aunque algunos días siguen siendo adecuados para practicar kitesurf o wingfoiling.
Por último, los enlaces aéreos entre Europa y Brasil garantizan un acceso rápido a los principales puntos. Sobre el terreno, los traslados se realizan principalmente en camioneta o buggy, sobre todo para las expediciones a favor del viento en las que hay que seguir el equipo.
