Rinkin: la marca que convierte las velas de cometa en ropa sostenible

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Élodie Gryba, aficionada al kitesurf, ha tenido la idea de dar una nueva vida a las velas usadas. Recuperando estos materiales a menudo abandonados, los transforma en chaquetas cortavientos y accesorios a medida. Es un enfoque artesanal que aprovecha al máximo los recursos de la industria náutica.

Cuando se trata de deportes de tabla, las velas retiradas rara vez tienen una segunda oportunidad. Dañadas por el viento o desgastadas por el tiempo, a menudo acaban olvidadas en un rincón del garaje. Élodie Gryba, fundadora de la marca Rinkin, se ha enfrentado a este problema. Residente en Saint-Malo y aficionada al kitesurf, ha encontrado una solución original: reutilizar estos materiales para crear prendas técnicas y accesorios prácticos. Es una idea basada en una convicción sencilla: la riqueza del mar puede combinarse con un enfoque ecorresponsable, incluso cuando el material queda inutilizado mientras se navega.

Elodie Gryba, fondatrice de la marque Rinkin © Rinkin
Elodie Gryba, fundadora de la marca Rinkin © Rinkin

Spinnaker, el material ideal para creaciones a medida

La tela de spinnaker utilizada en el kitesurf está demostrando ser un material de elección. Ligeras, resistentes al viento e impermeables, son ideales para confeccionar chaquetas cortavientos. Con la ayuda de Sorya MoBé, patronista profesional, Élodie Gryba ha diseñado prototipos que incorporan hasta veinte piezas, incluido el forro. La personalización, piedra angular de su concepto, permite a los clientes elegir entre una amplia gama de colores para crear piezas que reflejen sus gustos y estilo, preservando al mismo tiempo la autenticidad del material original.

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Sorya MoBé © Rinkin
Sorya MoBé © Rinkin

Un enfoque circular

El proyecto Rinkin se inscribe plenamente en la lógica de la economía circular. Gracias a los llamamientos lanzados en las redes sociales, Élodie ya ha recogido un gran número de velas donadas por aficionados al kitesurf que prefieren regalar su material antes que verlo deteriorarse innecesariamente. También tiene previsto recoger recortes de los fabricantes de velas para reducir aún más la huella ecológica de su producción. Además de chaquetas, la diseñadora tiene previsto fabricar accesorios como riñoneras y fundas para tablas de surf.

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Una historia arraigada en el litoral bretón

El nombre "Rinkin", que significa "tiburón" en bretón, es un homenaje tanto al apego de Élodie a su región como a la impresión duradera que le dejaron los tiburones que encontró en sus viajes a Australia y las islas Fiyi. Llegada a Bretaña en 2019 tras una vida urbana en Lyon, ha encontrado una nueva inspiración en el litoral de Malouin. El mar está omnipresente en su proyecto.

Al instalarse en Pleudihen-sur-Rance, la joven también ha transformado su taller en un lugar donde los aficionados al mar y al deporte pueden descubrir su proceso creativo. El espacio refleja otra de sus pasiones: el tatuaje, actividad que ejerce paralelamente.

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Hacia una moda náutica eco-responsable

Está previsto que las primeras chaquetas Rinkin salgan a la venta en el primer semestre de 2025, producidas en pequeños lotes para garantizar que cada pieza sea única. Los precios, que aún se están evaluando, reflejarán tanto la artesanía como el esfuerzo de recuperación que hay detrás de cada prenda.

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La iniciativa de Élodie Gryba ilustra una tendencia creciente en el mundo de la náutica: reciclar materiales para darles una nueva función. Ya sea en artesanía, arquitectura o moda, el reciclaje de elementos procedentes de los deportes náuticos está encontrando el favor de los amantes del mar y de la innovación sostenible.

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