En el mundo de la vela, cada componente desempeña un papel crucial en el rendimiento y la seguridad del yate. Entre estos componentes, los bloques son esenciales para el buen funcionamiento del aparejo, permitiendo manejar las velas con precisión y eficacia. Elegir el bloque adecuado no es una tarea que deba tomarse a la ligera, ya que una selección incorrecta puede provocar un mal funcionamiento, un desgaste prematuro o incluso accidentes en el mar. Para orientar a los navegantes en esta importante decisión, es esencial comprender los principales criterios de elección de un bloque. Este artículo explora tres criterios fundamentales a tener en cuenta.
1 - Carga de trabajo y tipo de turno

Las fichas técnicas de los fabricantes dan dos indicaciones: la carga de trabajo y la carga de rotura. En la mayoría de los casos, la carga de rotura es el doble de la carga de trabajo.
- Carga de trabajo: La carga de trabajo es la fuerza máxima que puede soportar el bloque en condiciones normales de uso. Es fundamental elegir un bloque con una carga de trabajo nominal que se adapte a las fuerzas que se ejercen sobre el velero. Esto depende del tamaño del velero y de la función del bloque (driza, escota).
- Carga de rotura: Es la fuerza a la que fallará la polea. Se recomienda no utilizar una polea con estas fuerzas.

Las cargas de trabajo dependen de los rodamientos utilizados en las poleas. Los rodamientos desempeñan un papel crucial en el rendimiento de las poleas, ya que reducen la fricción y permiten un movimiento suave. Hay tres tipos principales de cojinetes utilizados en las poleas de los veleros:
- Poleas de fricción cojinetes: Estos cojinetes, también conocidos como casquillos, suelen estar fabricados con materiales sintéticos como el nailon o el Delrin. Son sencillos, robustos y requieren poco mantenimiento. Aunque tienen mayor fricción que los rodamientos de bolas o rodillos, suelen ser suficientes para aplicaciones en las que las cargas no son excesivas y prima la resistencia. Son ideales para aplicaciones estáticas, como drizas que no trabajan de forma demasiado dinámica.
- Poleas de rodamientos de bolas estos rodamientos están formados por bolas de acero o cerámica colocadas entre dos anillos. Ofrecen baja fricción y excelente durabilidad. Pero bajo cargas pesadas, las bolas, incluso las cerámicas, se deforman. En consecuencia, estos bloques son muy agradables bajo cargas dinámicas (enrollado del spinnaker, por ejemplo), pero no tanto bajo cargas pesadas (patines, por ejemplo).
- Poleas de rodillos estos rodamientos utilizan rodillos cilíndricos en lugar de bolas. Son especialmente eficaces para soportar elevadas cargas radiales y suelen utilizarse en poleas sometidas a grandes esfuerzos. Los rodamientos de rodillos ofrecen una mayor superficie de contacto, lo que puede mejorar la distribución de la carga.
2 - Diámetro de la cuerda

La polea debe ser compatible con el diámetro del cable utilizado. Utilizar una polea demasiado pequeña o demasiado grande puede provocar un desgaste prematuro del equipo y un rendimiento inferior al óptimo. La ranura de la polea debe adaptarse al cable.
Del mismo modo, el diámetro de la polea influye en la resistencia de la cuerda: cuanto más amplio sea el arco, menos tensión tendrá que soportar.

3 - Materiales y resistencia a la corrosión
En cubierta o en el mástil, los bloques suelen estar expuestos a duras condiciones marinas (agua salada, sol, etc.). Por tanto, es esencial elegir bloques fabricados con materiales resistentes a la corrosión, como el acero inoxidable, el aluminio anodizado o determinados plásticos técnicos. Los cojinetes (si los hay) también deben ser de alta calidad y resistentes a la corrosión para garantizar un funcionamiento suave y duradero.

Si tiene en cuenta estos 3 criterios, podrá seleccionar las poleas que cumplan los requisitos específicos de su yate y garanticen la seguridad y el rendimiento durante la navegación.