Un smartphone diseñado para el agua... y la sal
Desde sus primeras salidas al mar, el Crosscall X5 ha demostrado una excelente resistencia a los elementos. Expuesto a la bruma marina, al agua salada, a salpicaduras repetidas e incluso a una inmersión accidental, nunca ha mostrado el menor signo de debilidad. En particular, el dispositivo ha pasado varias horas a bordo de un remo, atado a una correa u olvidado en una bolsa empapada, sin sufrir la menor infiltración.

Aún más espectacular: una inmersión completa en un muelle a 5 metros de profundidad. Lanzado desde un muelle, el teléfono permaneció bajo el agua durante una buena hora antes de ser sacado... y siguió funcionando sin inmutarse.
Un aliado fiable in situ

En un astillero, el Crosscall X5 estuvo expuesto a otro tipo de violencia: exposición repetida a antiincrustantes, acetona, polvo de lijado y salpicaduras de pintura. Aunque sucia y maltrecha, su carcasa demostró una notable resistencia, al igual que su pantalla reforzada, que siguió siendo perfectamente legible.
Rendimiento bajo el agua y al sol
En la práctica, la pantalla sigue siendo perfectamente legible a plena luz del sol y puede utilizarse con los dedos mojados o enguantados, una verdadera ventaja para la navegación o la mecánica en cubierta. Durante las sesiones de snorkel y apnea, la función de fotografía subacuática demostró su eficacia, aunque no sustituye a una cámara específica.
Algunos problemas a largo plazo
Sin embargo, tras varios meses de uso intensivo, hay algunos inconvenientes:
En la actualidad, el GPS tarda mucho en localizar, a veces varios minutos, lo que puede ser un inconveniente para las aplicaciones de navegación costera.
El teléfono deja de conectarse a Android Auto, sin que se haya identificado la causa como un problema de software o hardware que aún no se ha resuelto.

Por último, pero no menos importante, las esquinas protectoras se despegan ligeramente, sin afectar a la impermeabilidad, pero mostrando signos de desgaste prematuro.
Resumen: un verdadero aventurero marítimo, casi impecable

En resumen, el Crosscall X5 cumple con creces sus promesas. Resiste donde la mayoría de los smartphones fracasan: al agua salada, los golpes, los disolventes y los caprichos de una vida náutica activa. Y aunque con el tiempo pueden aparecer algunos problemas de desgaste y conectividad, son marginales comparados con su longevidad y resistencia.
Para cualquiera que viva en el agua o cerca de ella, es una herramienta fiable y robusta, capaz de soportar mucho más que la media. Un smartphone marino, en definitiva.
Aunque ya no es la última generación, el CrossCall Core-X5 sigue disponible en el catálogo a un precio de 380 euros (IVA incluido) para 2025.