Meter un velero de 18 metros bajo un techo industrial no es tarea fácil. Entre el convoy por carretera, las maniobras de las grúas y la disposición de los stands, el montaje de un salón náutico cubierto como el Salón Náutico de París requiere una organización precisa hasta el último centímetro. He aquí cómo se organiza todo, lejos de los focos.

Una trashumancia por tierra bien engrasada
Cada año, a mediados de noviembre, las carreteras de los alrededores de París ven aparecer siluetas incongruentes: catamaranes, yates a motor o monocascos sobre remolques, escoltados por convoyes especiales. Estas embarcaciones, que a menudo proceden de astilleros de las costas atlántica o mediterránea, se transportan de noche para minimizar las molestias.

Las autorizaciones son numerosas: prefecturas, gestores de carreteras y, a veces, EDF para bajar temporalmente las líneas eléctricas. Al acercarse a Le Bourget, se delimitan las carreteras y se sortean o desmantelan las rotondas. Cada convoy puede durar varios días, según su procedencia.

Llegada: aparcamiento, espera, luego el ballet perfecto
Una vez llegados al aparcamiento del Parc des Expositions du Bourget, los convoyes esperan. Los barcos no entran todos al mismo tiempo: se establece previamente un orden de paso en función de la disposición de los pabellones. Las grúas se colocan a pocos centímetros del remolque.

La mayoría de las veces, no se puede elevar mucho. La altura del techo limita el margen de maniobra: hay que levantar el casco, desplazar el remolque hacia atrás y, a continuación, colocar la embarcación en el suelo sobre su cuna. Algunos barcos, como el Amel 60, hay que "bajarlos" quitando el hard top. En cualquier caso, los yates llegan este año sin sus quillas.

Una carrera contrarreloj
El montaje de la feria dura unos diez días. Mientras entran los primeros barcos, se montan los stands de los expositores por todas partes. Electricistas, carpinteros, equipos de limpieza, decoradores y rotulistas trabajan al mismo tiempo.

El calendario es apretado: las puertas se abren el miércoles 26 de noviembre de 2025 a las 10 de la mañana. El domingo anterior por la tarde, los pabellones aún parecían una obra en construcción. Los equipos de logística trabajaban a veces horas extras para cumplir los plazos.

Entre la grúa y la barra niveladora: limitaciones técnicas
Cada barco se monta según una ficha técnica. Posición, orientación, plan de circulación, acceso de los visitantes, todo está previsto de antemano. Y para los modelos fluviales o las unidades pequeñas, a veces basta con carros manuales. Pero incluso entonces hay que hacer malabarismos con los accesos, los pasillos de seguridad y las puertas estrechas.

El resultado: un puerto deportivo en el punto de mira
Cuando el salón abra sus puertas el miércoles 26 de noviembre de 2025, los visitantes descubrirán un pueblo náutico reconstruido. Veleros, lanchas y barcazas alineados, decoraciones pulidas, alfombras colocadas. Pero detrás de esta escena congelada, a menudo olvidamos las horas de manipulación, los retrasos, los ajustes de última hora.

Sólo cuando haya entrado el público, los equipos podrán tomarse un respiro... hasta que se desmonte el espectáculo.
Mientras esperamos su visita, aquí tiene algunas imágenes de la preparación de los stands en la tarde del miércoles 19 de noviembre:











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