Clase40 ZEISS: confidencias y rituales a bordo con Timothé Polet y Pierrick Letouzé


El Class40 ZEISS se prepara para soltar amarras. A bordo, Timothé Polet y Pierrick Letouzé participan en una entrevista poco convencional. Entre platos dudosos, dulces suaves y recuerdos marineros, se establece el tono. Para ver sin moderación.

Los que rondaban los pantalanes de Le Havre en los días previos a la salida de la regata pudieron conocer a dos caras amigas, con una mezcla de tensión palpable y buen humor contagioso. Timothé Polet, estudiante de Grenoble y patrón del ZEISS, se embarca en su regata transatlántica de la Clase 40 con Pierrick Letouzé, navegante de Normandía, no menos motivado.

Y antes de las guardias y las comidas liofilizadas, los dos marineros aceptaron responder a una serie de preguntas diseñadas para alta mar: una entrevista breve, de ritmo rápido y francamente sin filtros.

Dulces para los momentos difíciles, auriculares para los momentos tranquilos

Cuando se les pregunta qué les motiva, las respuestas no se hacen esperar. El objetivo está claro: terminar, y a ser posible entre los 10 primeros. Pero eso no significa que olviden los placeres sencillos. Dulces para cuando estás cansado, música para motivarte y una hamburguesa de ensueño en la meta. Clásico, pero eficaz.

Pierrick admite que se lleva el casco para aislarse, mientras que Timothé confía en el humor y la camaradería para mantener el rumbo.

Fiabilidad, libertad, humildad: tres palabras para un barco

La pareja se complementa bien. Si uno tiende a "presionar", el otro permanece zen. ¿Y si tenemos que admitir algo antes de la salida? Será sin duda la calidad relativa de las comidas a bordo. Ninguno de los dos se ha atrevido a apostar por la gastronomía, pero ambos saben lo que tendrán en mente a medida que se acerquen a la meta: una escala en Martinica y el deseo de celebrarlo con el equipo de tierra, que les acompaña desde el inicio de la aventura.

Rituales, amuletos y libros marinos

¿El ritual? Despedirse al calor del pontón, con la calefacción cerca. Por lo demás, nada de excentricidades, sino una verdadera preparación mental y técnica. Y en el mar, la improvisación está fuera de toda duda. La tecnología de a bordo, en particular los pilotos automáticos, es ahora una parte esencial de la ecuación.

En cuanto a la inspiración, las referencias van de Dalin a Richomme, con recuerdos de tormentas bretonas. Timothé recuerda su primera navegación en solitario, Pierrick su calificación en una depresión áspera.

Una entrevista para ver como se escucha una buena acelga

Este vídeo es menos un retrato que un momento de complicidad. Hablamos de lo que falta a bordo, de lo que no queremos olvidar y, sobre todo, de lo que significa cruzar un océano juntos, en un one-design comprometido.

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