Para garantizar un buen cableado, hay que empezar por un buen enchufe. Evita los modelos asiáticos que se enganchan y no duran mucho. Lo mismo ocurre con el cable: elige un modelo bien aislado.
1 - Corte el cable limpiamente a 90°.
2 - Compruebe la calidad de su cable asegurándose de que no hay contacto entre el núcleo y la cubierta exterior. Para ello, utilice un óhmetro de precisión ajustado al valor más sensible.
3 - Introduzca los elementos que se atornillarán a la parte posterior del zócalo. Este paso suele olvidarse... Luego hay que volver a empezar
4 - Desenvainar el cable a la longitud especificada por el fabricante del enchufe. Aquí, se nos pide que lo desenfundemos 20 mm.
5 - Con un cúter, corte la funda de plástico, teniendo cuidado de no dañar la trenza.
6 - Dobla la trenza hacia abajo y mete la parte inferior del tapón. Para garantizar un buen contacto, se mete debajo de la funda de plástico.
7 - Corta la trenza sobrante (también puedes utilizar unas tijeras). Se mantendrán contra el zócalo por la goma que también actúa como glándula.
8 - Desenvainar el núcleo central cortando a ras de la arandela metálica.
9 - Aquí está el núcleo una vez despojado de su funda aislante.
10 - Recorte la punta del núcleo. Esto no es obligatorio, pero al hacerlo te asegurarás de que se mantenga uniforme cuando tires del enchufe.
11 - Inserte la clavija en el núcleo.
12 - Soldar el extremo de la clavija al núcleo.
13 - Compruebe la discontinuidad del cable. El centro de la clavija no debe estar en contacto con la tierra (exterior de la clavija).
14 - Proteja su enchufe con una funda termoformada. Esto evitará que el agua entre en el enchufe.
15 - Sólo queda conectar la antena, la VHF o el AIS.