La Gacilly es una "pequeña ciudad con carácter" con calles floridas, animada por los artistas y artesanos que tienen tiendas allí. Desde el puerto en miniatura se puede ver el río, que parece un arroyo al fluir bajo la copa de los árboles. Estrecho, serpentea bajo el dosel antes de perderse en el pantano de Mortier de Glénac. Poco a poco, para no molestar a la naturaleza, podrá disfrutar de la vista hasta llegar a atracar en el pontón de Glénac.
En la confluencia
Los lugares fluviales más bellos se encuentran casi siempre en la confluencia de varios cursos de agua y éste no es una excepción. Desde Redon, en Ille-et-Vilaine, el canal Nantes-Brest continúa hacia el oeste. Sigue el curso del Oust, que se pierde durante un tiempo en una vasta zona de marismas, el Mortier de Glénac. Esta magnífica masa de agua, clasificada como Natura 2000, está formada por la confluencia del Aff y el Oust.

Un canal lleno de pájaros
Escalada, acrobranche, kayak o bicicleta de montaña... el sitio de Ile-aux Pies se presta a todo tipo de actividades deportivas. Es justo aguas arriba de sus acantilados que el Oust cambia de cara. En la orilla derecha, la esclusa de Maclais marca la continuación del canal Nantes-Brest, mientras que el río se ensancha hacia la orilla opuesta. Una serie de balizas indican un canal que se sigue con mucho gusto ya que está sembrado de aves acuáticas.

Una parada que no debe perderse
Al final de este tramo de agua, el puerto de Glénac alberga una base de alquiler de Nicols y un pontón adecuado para hacer una parada. Es por la noche cuando este lugar adquiere toda su magia. Las puestas de sol son magníficas y los habitantes del agua, tanto los emplumados como los peludos, se lo pasan en grande, sin preocuparse lo más mínimo por su presencia.


Un hueco de vegetación
En cuanto se bifurca, el Aff atraviesa una brecha en el pantano, que bordea durante un tiempo antes de alcanzar la copa de los árboles que lo encierran estrechamente. A veces es difícil adelantar a otra embarcación, lo que afortunadamente es poco frecuente. Hay tanto que ver y maravillarse que el viaje se hace a cámara lenta. El placer es aún más intenso porque tuvimos el privilegio de contar con un motor eléctrico para este viaje, lo que es una verdadera ventaja en este tipo de entorno.

Un contraste sorprendente
El pequeño puerto de La Gacilly es tranquilo, sobre todo en comparación con el bullicio turístico de las calles empedradas y floridas de la ciudad, que están salpicadas por las magníficas tomas del Festival de Fotografía. Los puestos de los artesanos ofrecen un ambiente animado y agradable.


De vuelta al puerto, se puede apreciar plenamente el privilegio del navegante fluvial que puede optar por seguir las vías fluviales a distancia del bullicio turístico.