Colocar correctamente los cabrestantes
Para asegurarse de que la cabina de su ex corredor oceánico de 60 pies se modifica para convertirla en un crucero, Matt vuelve a pasar por una maqueta a escala real. Utilizando paneles OSB, reproduce in situ las geometrías que planea realizar posteriormente en composite.
Empezó por prolongar los soportes laterales del techo hasta la entrada de la cabina, a lo largo de la prolongación que había hecho del techo. En la ampliación, modeló la nueva brazola que albergará los tres winches dedicados respectivamente a las operaciones de driza y rizo, escotas de foque y escotas de mayor y traviesa. Estos modelos originales tienen cabezales bastante altos y, para mejorar la ergonomía y el ángulo en el que los cabos llegan al cabrestante, Matt decidió bajar la brazola de su altura original.
Cómodos asientos en la bañera
Entonces es el momento de hacer los bancos de la cabina. Matt los construye lo suficientemente largos para tumbarse en ellos, pero también lo suficientemente profundos para personas con hombros anchos. El respaldo es corto pero lo suficientemente alto para resultar cómodo.
Jugar con los ángulos
Mientras que la primera prueba a estribor ofrecía ángulos significativos, tanto desde la brazola al exterior del barco como entre el respaldo y el asiento del banco, Matt aprovechó el maniquí a babor para probar otra configuración. Con la brazola paralela a la línea de flotación y un respaldo más erguido, la ergonomía parece mejor, sobre todo para las piernas más cortas de su acompañante. Probablemente quede por imaginar un reposapiés.
No tiene sentido precipitarse en decisiones que son esenciales para la ergonomía y la vida útil de la futura embarcación. Así que Matt se está dando tiempo para probar diferentes posiciones de asiento y de trabajo en el cabrestante y se dedicará primero a otros trabajos.