Seguridad
Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de elegir una embarcación para la pesca marítima es, sin duda, su seguridad a bordo. Un francobordo alto significa que no se puede caer por la borda con demasiada facilidad, que es lo que tienen la mayoría de las embarcaciones de casco duro. La solidez del casco también evita un gran número de problemas, con pocas posibilidades de perforarlo al entrar en contacto con una roca o de dañarlo al maniobrar en un puerto. Por supuesto, el casco también es seguro para los anzuelos, que no podrán clavarse en él.
En cambio, un casco duro de menos de 8 metros es muy pesado para su eslora, lo que limita mucho el paso de las olas en mar gruesa. En general, estas embarcaciones ofrecen una sensación de seguridad gracias a su solidez.
Comodidad y pesca
Cuando se pesca desde un casco duro, uno se da cuenta rápidamente de algunas de sus particularidades. Al navegar, los golpes repetidos de las olas pueden ser muy desagradables. También pueden dañar el equipo de pesca, que no está diseñado para dar golpes en un barco. Estos golpes y las vibraciones del motor también son muy ruidosos y resuenan a través del casco, lo que dificulta acercarse discretamente a los peces en la caza o en aguas poco profundas.
Las embarcaciones de casco duro también tienden a derivar muy rápidamente en el agua, lo que no resulta muy práctico cuando se quiere pescar en vertical. Aunque depende del modelo, estas embarcaciones tienen una fuerte tendencia a escorar, lo que puede resultar muy desagradable a la hora de pescar. A pesar de ello, el espacio a bordo de estas embarcaciones permite estar muy cómodo a la hora de desplazarse y guardar el equipo.
Motorización
Sin duda, el mayor punto débil de un barco de casco duro son sus motores y lo que éstos conllevan. Empujar un casco pesado y voluminoso requiere mucha potencia y, por tanto, uno o dos motores grandes. Los grandes motores de combustión tienen grandes cilindradas y consumen mucho más combustible que los motores pequeños. El consumo es aún mayor cuando el casco tiene que hacer frente a mar gruesa, lo que ralentiza mucho su avance. La motorización y propulsión de una embarcación de este tipo es, por tanto, mucho más cara, lo que a veces puede decepcionar a los pescadores que desean salir al mar a menudo o durante mucho tiempo.
Para los más especialistas que quieran controlar sus orzas, utilizar un motor eléctrico en un barco de casco duro es extremadamente complicado. La altura de la proa y la potencia que requiere el motor lo convierten en una opción muy cara. Así que tendrás que controlar la orza con el motor en marcha, a pesar del ruido generado, o utilizar un ancla flotante, que te ralentizará ligeramente.
