No es frecuente ver yates tan alejados de los caminos trillados como este Mirabelle 16. Su arquitecto, Eric Prang, lo diseñó para un industrial de Lorena. Su objetivo era crear un yate lo más luminoso y ventilado posible, con un espacio habitable extraordinario.
Una balsa de aluminio

Mirabelle 16, bautizado con el nombre de la emblemática fruta de Lorena, es un yate de aluminio con proa de scow. Es difícil describir su aspecto desde el pantalán. Este yate de casi 16 metros mide 6 metros de ancho de principio a fin. Parece más una barcaza que un crucero de competición Bajo la línea de flotación, hay 2 quillas que elevan el calado hasta 1,80 m y 2 timones conectados a la dirección hidráulica. Con un peso de 23 toneladas, no está claro que el diseño del scow sea muy relevante... De hecho, este tipo de casco requiere yates muy ligeros para ser eficaz.
Un puente sobre una cabaña

El altísimo francobordo de unos 2 m sitúa la cubierta muy arriba. No hay duda de que desde el puesto de gobierno se domina la situación Pero esta altura no facilita la llegada al pantalán. El acceso a la bañera se realiza a través de dos escaleras -¡no escaleras, sino escaleras! - que salen del espejo de popa. La bañera está protegida por una gran caseta, que alberga el puesto de navegación. Lo primero de este barco es el mirador, que debe ser cómodo en mares fríos, pero insoportable en cuanto el sol pega de lleno en el plexiglás.
Sobrio y eficaz


Este yate de aluminio no oculta su aspecto robusto y sin pulir. Aquí no hay lugar para florituras. Los bancos de la bañera son simples listones, y el resto está recubierto de antideslizante de estilo industrial. Pasear por la cubierta es una experiencia improbable, ya que es muy amplia. La enorme cubierta de proa da acceso al cofre del ancla y al cofre de las velas.
Además de cabrestantes eléctricos, el Mirabelle 16 utiliza aire comprimido para maniobrar. A lo largo de los tablones, que también actúan como refuerzos, unos tubos distribuyen aire comprimido a bordo. Esto se utiliza en particular para accionar el pescante y su puerta neumática, que levanta la proa para dejar pasar el ancla. En comparación con la hidráulica, el aire comprimido es fácil de mantener y no interfiere en caso de fuga. Otra red, la de refrigeración de la quilla, que también circula por tubos bajo la línea de flotación, refrigera equipos de a bordo como generadores y motores.
Volumen de sobra



Bajo esta enorme cubierta, hay 4 camarotes dobles y 4 aseos. Todas estas instalaciones están distribuidas simétricamente a proa de la escalera. Al desplazarse a popa, se pasa a los motores. Se trata de un propulsor eléctrico con 2 x 45 kW respaldados por 2 generadores, cada uno de los cuales produce 50 kW. Con el gran paquete de baterías de litio, el barco es completamente autosuficiente.

Una plaza acogedora


Lo más destacado es el salón situado en la parte trasera del barco, con una enorme cocina. Este salón se abre directamente al faldón de popa, con una puerta real lo bastante grande como para no tener que agacharse.
¿Éxito arquitectónico o engaño?

Al final de la visita, es difícil saber si el Mirabelle es un éxito o no.. Su diseñador, Eric Prang, nos hizo una presentación hace unos años sobre el Mirabelle un yate atípico con el AmerX40 . Lo vuelve a hacer con el Mirabelle 16. Pero, ¿cumple las expectativas de algunos navegantes? ¿Quieren navegar en plano? ¿Es la comodidad mucho más importante que la apariencia? El mercado decidirá si el Mirabelle 16 sigue siendo un prototipo o si le sigue una serie.