Proyecto Duracell: una caseta para perros que transforma la vida a bordo


Matt construye los bancos de vigilancia de la caseta del perro de Duracell. Elemento clave de la distribución del yate, transforman la percepción del espacio a bordo.

Hacer los bancos de la caseta del perro

Elemento esencial en la transformación del Duracell de velero de regatas a cómodo crucero, la caseta del perro ofrece el refugio ideal para vigilar. Los dos camarotes acondicionados en episodios anteriores ocupan su lugar bajo dos bancos, creando a la vez un puesto de vigía y una especie de salón de cubierta.

Utilizando los mismos elementos ergonómicos que para la cabina exterior, Matt fabricó los asientos de composite a partir de restos del mamparo vertical, que luego laminó.

Dimensionamiento empírico

Los bancos debían tener capacidad para cuatro personas. Con la ayuda de su amigo Evan, arquitecto naval, Matt no realizó ningún cálculo estructural preciso, sino que se basó en la experiencia para calcular empíricamente el número de pliegues de tornillo sin fin necesarios. Aunque estaba bien reforzado, cada pieza seguía pesando 12,2 kg. Para que el tabique transversal, debilitado por la apertura del acceso a los camarotes bajo los bancos, no sufriera daños, se laminaron refuerzos alrededor de los agujeros.

Un diseño funcional

Una vez colocados los bancos, Matt y Joni pudieron comprobar la ergonomía de la nueva disposición. La visibilidad desde los bancos es buena, y su longitud facilita tumbarse en ellos. Matt hará pronto un maniquí para probar la instalación de una barandilla central que pueda albergar una mesa y un reposapiés, ya que los bancos son altos.

Bajo los bancos, el espacio de los camarotes conserva una altura libre razonable, sobre todo para las literas destinadas al uso en el mar.

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