Evitar el derrape: combinar rendimiento y protección del medio ambiente
Entre las distintas etapas de la Figaro Solo, los competidores no están autorizados a asar sus barcos para llevar a cabo una reparación. Lo mismo ocurre con la limpieza en el agua, una práctica prohibida en los puertos franceses desde hace varias décadas. Pero aún se practica con frecuencia en varias series.
En la clase Figaro, algunos de los competidores, entre ellos Philippe Hartz y Quentin Vlaminck, han optado por equiparse con una cubierta protectora para proteger su casco en cada escala.

Lejos de ser anecdótico, el aumento de rendimiento resultante del uso de esta cubierta ha sido confirmado por todos los observadores. Tanto es así que algunos competidores, que no han podido equiparse con ella, han intentado prohibirla en la clase Figaro. Una aberración en un momento en que se supone que todo el mundo debe limitar su impacto, pero también una señal indiscutible del interés del producto.
¿Cómo funciona?
El principio de una cubierta protectora es impedir el desarrollo de incrustaciones, formadas por organismos vivos que perjudican el rendimiento de una embarcación. La cubierta actúa como una protección anti-UV que impide la proliferación de microorganismos en el casco.

Instalada en 30 minutos en un velero de 10 m y desmontada en 15 minutos, la cubierta K-REN es muy fácil de usar. Pesa unos 15 kg y se guarda en una bolsa para facilitar su transporte y almacenamiento.
Adoptado por la clase Figaro Beneteau
Consciente de la eficacia del producto, que combina a la vez un interés ecológico y el mantenimiento de un rendimiento óptimo, la clase ha decidido seguir integrando el uso de este producto en toda la flota y durante todo el campeonato Figaro. Una elección coherente que permitirá mantener un nivel de rendimiento justo para toda la flota, protegiendo al mismo tiempo un poco mejor el medio ambiente.
