Una competición inusual pero exigente
Organizar una carrera en pleno invierno, en un lago helado, es un reto que pocos acontecimientos deportivos pueden igualar. Cada año, la GlaGla Race atrae hasta 850 participantes, una mezcla de aficionados y profesionales de toda Europa. Pero detrás de este éxito se esconde una compleja realidad logística: una carpa con calefacción, medidas de seguridad adaptadas a las condiciones invernales y una meticulosa organización a cargo de un puñado de voluntarios.
La fatiga de un equipo pequeño
Después de diez ediciones, los organizadores de la GlaGla Race, dirigidos por Benoît Mouren, sienten la necesidad de dar un paso atrás. "Lo que hacemos es cualquier cosa menos negocio", explica. El evento cuenta con un equipo pequeño y apasionado, pero la creciente envergadura de la carrera ha hecho mella en su energía. Con seis a ocho carreras organizadas cada año en el marco del Alpine Lakes Tour, de las cuales la GlaGla es la más destacada, la carga de trabajo se ha vuelto insostenible.
Apoyo financiero insuficiente
A pesar de su prestigio, la GlaGla Race tiene que lidiar con un presupuesto limitado. Los patrocinadores históricos de Pádel, a menudo pequeñas organizaciones, no disponen de los recursos necesarios para apoyar un evento de esta envergadura. En la actualidad, los socios sólo cubren el 20% de los costes, lo que deja a la organización en una situación frágil. La idea de contratar a profesionales para reforzar el equipo sigue estando, por el momento, fuera de nuestro alcance.
Consideración de un retorno en 2026
Los organizadores esperan aprovechar esta pausa para replantearse su modelo de negocio. "Habrá que pensar en cómo aligerar la carga logística y encontrar socios sólidos", confía Benoît Mouren. La 11ª edición, prevista para el 17 de enero de 2026, promete ser un nuevo comienzo. Mientras tanto, los aficionados al paddleboard tendrán que esperar a ver qué pasa, con la esperanza de que el regreso esté a la altura de las expectativas.
El crecimiento de la carrera también ha suscitado críticas. En las redes sociales, algunos critican los errores en las clasificaciones y el elevado precio de las inscripciones. Benoît Mouren lamenta esta incomprensión del carácter no lucrativo de la GlaGla Race. Esta pausa será también la ocasión de recordar los valores fundadores del evento: convivencia, compartir y desafío deportivo.