La historia de los barcos de cercanías está ligada al desarrollo de Estados Unidos, al desarrollo urbano y al desarrollo tecnológico.
Durante la época colonial, a falta de infraestructuras viarias, el principal medio de desplazamiento en América era a caballo o en embarcaciones de diversas formas (pequeños botes de remos, canoas y veleros...). El noreste de Estados Unidos alberga numerosos ríos, lagos y otras superficies acuáticas protegidas.Las embarcaciones solían ser construidas a medida por particulares o artesanos locales, normalmente de madera y propulsadas por remos o pequeñas velas.
El orgullo de los primeros comerciantes de Manhattan
La Revolución Industrial cambió todo eso, con la aparición de los primeros barcos propulsados por vapor, no sólo para el transporte masivo de pasajeros, sino también para el uso individual en ríos y lagos.

El movimiento continúa a finales del siglo XIX y principios del XX, cuando los motores de combustión interna revolucionaron la navegación personal. Empresas como Evinrude introdujeron los motores fueraborda, haciendo más accesibles las pequeñas embarcaciones a motor.
Al mismo tiempo, a principios del siglo XX, el desarrollo económico provocó el crecimiento de ciudades como Nueva York y Boston, y la necesidad de transporte entre el hogar y el trabajo. Las carreteras empezaron a sufrir las consecuencias del tráfico, y el transporte público era inseguro y a menudo sucio. Para desplazarse, los hombres de negocios y los primeros comerciantes de Nueva York empezaron a surcar los mares en barcos rápidos y cómodos: había nacido el barco de cercanías.
Un barco elegante y bien construido
Construidos en madera, con ebanistería fina y herrajes relucientes, los barcos informáticos se ganan sus cartas de nobleza incorporando elementos de lujo como bancos de cuero, bares y otros accesorios que reflejan el estatus social de sus propietarios.

La edad de oro de los barcos de cercanías fue entre los años 20 y 40, y no iba a durar mucho más. A mediados del siglo XX, el desarrollo de las carreteras y las infraestructuras facilitó los desplazamientos, y los comerciantes y empresarios fueron abandonando sus barcos en favor del automóvil.