Nacido a principios del siglo XX, el Commuter Boat fue ante todo un medio de transporte utilizado por hombres de negocios y comerciantes de la zona de Nueva York, pero también de Boston, Chicago y algunas otras metrópolis americanas con paseo marítimo, río o lago.
Criterios bien definidos
A partir de ahí, el barco Commuter tenía que cumplir unos requisitos básicos.
- Un tamaño mediano
La mayoría de los barcos de cercanías medían entre 20 y 40 pies, un tamaño lo bastante grande como para albergar un camarote y permanecer cómodos en el mar, pero lo bastante pequeño como para encontrar fácilmente acomodo al pie de las torres de Manhattan.

- Un barco rápido
Para los neoyorquinos ricos de Long Island, el objetivo era llegar a Manhattan más rápido que si tuvieran que tomar el tren o incluso utilizar un automóvil. Por esta razón, el barco tenía que ser rápido. Llevaban motores intraborda, algunos con los emblemas de famosos fabricantes europeos como Ferrari, Alfa Romeo y otros.
- Una cabina confortable
Muchos modelos incluían una cabina o bañera cubierta para protegerse de la intemperie, junto con asientos y sistemas de navegación sencillos. La mayoría podían transportar a varias personas y ofrecían la posibilidad de comer a bordo.

- Un diseño estilizado y elegante
Por último, pero no por ello menos importante, al ser propiedad de familias adineradas, estas embarcaciones debían tener un aspecto elegante, con cascos estilizados y estrechos, optimizados para ofrecer velocidad y eficacia en aguas tranquilas. Los modelos tradicionales suelen tener una construcción de madera, como la caoba o la teca, con una estética clásica y elegante, acabados de alto nivel, barnices perfectos y un equipamiento sofisticado para la época

Entre los nombres que hicieron triunfar este tipo de embarcaciones se encontraban marcas como Chris-Craft, Hacker-Craft y Hutchinson, pero también había muchos astilleros independientes que construían barcos a medida, como Stephens Brothers y Robbe and Berking.