Imágenes del rescate del Manguier, reflotado tras seis meses atrapado en el hielo de Groenlandia

© Philippe Hercher

Tras más de seis meses encallado en los hielos de Groenlandia, el Manguier, antiguo remolcador de la Marina francesa reconvertido en buque de expedición, ha recuperado la flotabilidad. Encallado desde diciembre de 2024 en la bahía de Qammavinguaq, cerca del pueblo de Akunnaaq, el barco fue reflotado gracias a una operación colectiva en la que participaron residentes locales y voluntarios, lo que supone un importante paso adelante en la preservación de este emblemático buque.

Un antiguo remolcador convertido en buque de expedición

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Construido en 1968 por Chantiers de la Perrière en Lorient, el Manguier sirvió durante tres décadas en la Armada francesa. Comprado por Philippe Hercher en 2002, fue transformado en un velero de expedición, equipado con mástiles bípodes, paneles solares y accesorios adaptados a las condiciones polares. Desde 2009, navega por aguas árticas acogiendo a bordo a artistas, científicos y escolares en el marco del programa "Artistas en el Ártico".

Puesta a tierra en diciembre de 2024

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El 13 de diciembre de 2024, durante una tormenta y a pesar de un fondeo impresionante, el Manguier perdió las anclas y encalló en un banco de arena de la bahía de Qammavinguaq. Tumbado de costado, medio sumergido, con el motor ahogado, el buque quedó atrapado en el hielo, haciendo imposible cualquier operación de rescate durante el invierno.

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Una operación de salvamento colectivo

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El 25 de junio de 2025, aprovechando las vacaciones de primavera, un equipo de voluntarios y habitantes de Akunnaaq se dispuso a reflotar el Manguier. Fueron necesarias tres embarcaciones, tres bombas y varias horas de trabajo para bombear el agua de las bodegas y enderezar el barco. Tras varias horas de duro trabajo, el Manguier se desprendió de la roca y recuperó la flotabilidad. A continuación fue escoltado hasta una pequeña playa de la bahía para ser varado de forma segura.

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¿Una nueva vida para los Manguier?

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Aunque el Manguier ha recuperado la flotabilidad, su futuro sigue siendo incierto. Necesita reparaciones importantes y, al no estar cubierto por ningún seguro, se ha hecho un llamamiento a las donaciones para financiar las obras. El capitán planea transformar el Manguier en un barco museo o en un lugar de celebración de actos culturales, con el fin de preservar su patrimonio y seguir sensibilizando a la opinión pública sobre los problemas medioambientales del Ártico. Hemos podido contactar con Philippe Hercher, capitán del Manguier:

" El futuro del Manguier es aún muy incierto, pero lo que es seguro es que ya no podrá navegar: motor y generador ahogados, mobiliario totalmente destrozado.

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Pero tal vez una explosión de energía mezclada con un grano de locura permitiría convertirlo en Café Arctique, ¡o en algún otro cuentecito a lo Riel!"

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