Belem, 130 años en 2026: itinerarios, puertos de escala y vida a bordo del último trimáster francés


El Belem cumplirá 130 años en 2026. Esta es la oportunidad perfecta para subir a bordo de esta barca de tres mástiles y realizar un recorrido excepcional. El programa promete ser apretado y animado, con escalas costeras, vida de la tripulación y recuerdos del capitán. Descubra más sobre la vida a bordo en la entrevista en vídeo con el capitán.

En 2026, el Belem cumplirá 130 años. Una longevidad excepcional para este barco de tres mástiles, que sigue navegando por Francia continental y Europa, con un programa de embarques abierto al público en general. Esta temporada de aniversario es también la ocasión de hacer un repaso de las principales características del buque, de la vida a bordo y de la organización que lo mantiene en condiciones de navegar, en una entrevista con su capitán Aymeric Gibet.

Un ajetreado recorrido costero

En 2026, el Belem se embarcará en una extensa gira por puertos franceses y europeos. De Le Havre a Sète, pasando por Brest, Marsella, Barcelona, Lisboa, Ámsterdam y Oslo, las escalas serán numerosas. El buque visitará las costas del Mediterráneo, el Atlántico, el Canal de la Mancha y el Mar del Norte.

Este ambicioso programa se desarrollará a lo largo de varios meses. Incluye dos circunnavegaciones completas de la Península Ibérica, que permitirán al velero visitar puertos importantes y ciudades menos acostumbradas a recibir a un barco de tres mástiles de este tamaño. Estas navegaciones también brindarán la oportunidad de embarcarse al público, en particular a los jóvenes apoyados por las asociaciones colaboradoras de la Fundación Belem.

Una estructura estable y una maquinaria bien engrasada

Con 58 metros de eslora y 8,80 metros de manga, el Belem desplaza un volumen importante, con una superficie vélica de más de 1.200 metros cuadrados. La gestión del buque se basa en una organización rigurosa. La tripulación permanente está compuesta por dieciséis marineros, en rotación, con períodos de navegación de 45 días. Se complementa con cuatro tripulantes de tierra contratados por la Fundación Belem.

El buque está diseñado para alojar hasta 48 cursillistas por salida, en camarotes compartidos. Las comodidades son modernas, con agua caliente, calefacción y aire acondicionado, y se presta especial atención a la calidad de la comida. Las escalas regulares permiten reabastecer el barco con productos frescos.

El Belem como buque escuela abierto a todos

El Belem sigue siendo un buque escuela civil. Acoge a alumnos a partir de 14 años, independientemente de su nivel. El objetivo es transmitir la cultura y los conocimientos marítimos, así como ofrecer una experiencia de navegación tradicional. Para la temporada 2026, 130 jóvenes seleccionados a través de asociaciones embarcarán para simbolizar el aniversario del buque.

La vida a bordo se organiza en torno a guardias y tareas colectivas. La tripulación forma a los aprendices en las maniobras, la guardia y la vida a bordo. La diversidad de los perfiles a bordo es una rica fuente de inspiración, que crea una alquimia única para cada navegación.

Capitán Aymeric Gibet: antecedentes y opiniones

Al mando del Belem desde 2016, Aymeric Gibet conoce el buque desde la década de 2000. Tras haber pasado por todos los puestos del puente, de teniente a capitán, reivindica un enfoque realista y comprometido del mando. A bordo, disfruta de los momentos de transición, como la guardia de la mañana, cuando el barco se despierta lentamente.

Recuerda que las maniobras portuarias siguen siendo los momentos más tensos a bordo. Las condiciones meteorológicas, las corrientes y las infraestructuras pueden dificultar el atraque. En cambio, los momentos de asombro suelen llegar inesperadamente, como la luz rasante en cubierta o la entrada en un fiordo.

Un monumento flotante, entre la historia y la transmisión

Construido en 1896 en Nantes, el Belem es uno de los últimos grandes veleros del siglo XIX aún en activo. Catalogado como monumento histórico, ha tenido varias vidas, de carguero a yate inglés, antes de ser adquirido por la Caisse d'Épargne en 1979, y luego confiado a la Fondation Belem en 1980.

Esta fundación vela por el mantenimiento y el patrimonio del barco. Los cruceros organizados cada año brindan a más de 1.000 personas la oportunidad de disfrutar de una experiencia única en el mar, en una goleta de tres mástiles gestionada según las normas del siglo XXI.

No se puede visitar Belem como un museo, hay que vivirlo. Y para quienes se embarcan, suele ser una experiencia seminal.

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