Blanchebarde no es un apodo que se haya ganado tras horas de lijado. No, es el nombre de su familia bretona, una familia de salvadores del mar. Alain estudió en Saint-Malo y se hizo pescador. Desgraciadamente, los problemas de salud le obligaron a dejar su trabajo. Pero no era cuestión de dejar de navegar

Pero a falta de un barco, se necesitan ideas (y energía). Todo empezó con un casco de Tiburón de 1964 que le regalaron. En 2007, rodeado de su familia, padres e hijos restaurarán este pequeño monocasco. Ante el trabajo realizado para devolver a este viejo velero su condición de nuevo, otros propietarios apuntan su nariz para pedir ayuda en los trabajos de renovación.

Finalmente es en forma de asociación que se formaliza la situación en 2016. En el jardín, convertido en astillero, llegan las embarcaciones, que son mantenidas por los miembros de la asociación (29 miembros en la actualidad). Así nació el ASSM (Atelier Solidaire Service Maritime).

La voluntad de la asociación es ayudar a salvar los barcos condenados a la destrucción. Sólo con las cuotas de los socios (sin ninguna subvención), el taller ha conseguido equipos profesionales para realizar los trabajos. Se acaba de instalar una gran carpa móvil en la obra para trabajar bajo protección.

La asociación se limita a trabajos "cosméticos". No toca la estructura de los barcos, dejando esta parte a los profesionales. Al cobrar tarifas muy razonables, la asociación recibe cada vez más ofertas de trabajo.

Por ejemplo, participaron en la renovación de la cubierta del ex-Craiy Valley (50' Open) para preparar la participación de Nils Boyer en la Route du Rhum. O bien, acaban de rehacer toda la quilla de un Jouet 37. O una fuga al pie de la quilla de un First 18..

En cada campo de trabajo, los beneficiarios de la asociación aprovechan para aprender. Y a menudo, la recompensa de un viaje por mar está en juego. Además de la fuerte connotación solidaria, Alain cuenta con numerosos conocidos en el sector que aportan competencia en una gran variedad de áreas. Y la calidad del trabajo es muy profesional.
Con sede en Guingamp, la asociación se desarrolla rápidamente. Incluso se les ofrecen algunos barcos. Se utilizarán para el aprendizaje y la formación antes de revenderlos para comprar nuevos equipos.

Las peticiones para reproducir el concepto, que parece estar muy avanzado en esta región de Bretaña, no dejan de sucederse. Sin embargo, reproducir esta iniciativa parece difícil al depender tanto del dinamismo y la voluntad de un solo hombre, el famoso Alain Blanchebarbe..