1 - El desgaste mecánico daña su motor
Con el tiempo, la fricción desgasta las piezas metálicas. Los depósitos se forman y obstruyen su motor. La función del aceite es garantizar que las piezas mecánicas se deslicen perfectamente unas contra otras. Por eso se necesita un buen aceite que además sea estable en el tiempo para asegurar su función.
2 - Un motor mal lubricado pierde rendimiento
Si el aceite ya no facilita el deslizamiento, su motor perderá potencia debido a la fricción. También tendrá menos aceleración y consumirá mucho más. Por no hablar del riesgo de rotura que puede suponer el desgaste anormal de las piezas mecánicas. Por lo tanto, una buena lubricación es una protección contra todas estas disfunciones.
3 - No todos los aceites de motor son iguales
Los aceites de motor se desarrollan en función de su uso. Un motor terrestre, por ejemplo, se calentará más que un motor marino, que tendrá una buena refrigeración con el agua circundante. Los aceites náuticos están desarrollados para trabajar con motores "fríos". Por ello, no debe tomar cualquier aceite para el cambio del motor de su embarcación. Para orientarse, lo más seguro es seguir las recomendaciones de los fabricantes de motores. Han probado los aceites y han validado ciertas normas.
4 - Utilizar los índices de viscosidad adecuados
El índice de viscosidad de un aceite se indica con dos cifras separadas por una W (W=invierno). Así, un aceite con un índice de viscosidad de 15W40 significa una fluidez de 15 en frío (calculada a -18°C) y de 40 en caliente (calculada cuando el aceite está a 100°C). Este índice de viscosidad está definido por la norma SAE (Society of Automotive Engineers).
5 - Tener los reflejos adecuados: comprobar el aceite regularmente
Controlar el nivel de aceite regularmente le permite tener una "visión" del estado de su aceite. Además del nivel adecuado, también le permite detectar si tiene un problema de agua en el aceite (mayonesa). Así que no dudes en tirar de la varilla de medición regularmente.
