Pierre Debroutelle, inventor del neumático

En los años 30, la empresa Zodiac se especializó en aeronáutica y diseño de dirigibles. Pierre Debroutelle, ingeniero y piloto de la empresa, adaptó la tecnología de los dirigibles a un barco flotante. Retomó este fiable proceso para el diseño de flotadores, añadiendo un tejido tenso para garantizar la flotabilidad.
Después de la guerra, el invento del joven ingeniero conoció un gran éxito con el desarrollo de los deportes acuáticos en la década de 1950.
Una experiencia única que creará reputación mundial
En 1952, Pierre Debroutelle conoce al doctor Alain Bombard. Quería desarrollar equipos de salvamento marítimo y se interesó por el invento de Debroutelle.

Construyó la Hérétique, una neumática de 5,50 m equipada con un aparejo con el que Alain Bombard cruzó el Atlántico para demostrar que la supervivencia en el mar era posible en una embarcación pequeña. El experimento de 65 días entre las Islas Baleares y Barbados fue un éxito y consolidó la reputación del astillero Zodiac en todo el mundo.

Tres años más tarde, las balsas salvavidas autoinflables se hicieron obligatorias en todos los buques comerciales.
Desarrollo de la industria del ocio

Basándose en esta reputación, Zodiac se introdujo en la incipiente industria náutica. Muchos navegantes noveles aprecian las cualidades de una Zodiac: ligera, marinera, estable y fácil de manejar.

En los primeros tiempos, el zodiaco se fabricaba con tela de caucho sobre una trama de algodón. La primera prensa para fabricar plantillas de madera se instaló en 1960.
Un ADN aventurero
Desde el principio, Zodiac se ha hecho un hueco entre los profesionales del mar. Desde sus primeras expediciones, el capitán Cousteau equipó su Calypso con varias lanchas neumáticas, que constituían un apoyo ideal para sus equipos de submarinismo.

En 1961 llegó a desarrollar un prototipo de 19 metros, el Amphitrite, pero se limitó a unos pocos viajes por la costa francesa.

Zodiac también ha equipado a numerosos profesionales, como la Marina francesa, los servicios de Asuntos Marítimos y de salvamento marítimo.
La llegada de los semirrígidos a un mercado conservador

Basándose en una patente comprada a Paul Brot, Zodiac fue una de las primeras en comercializar una gama de embarcaciones semirrígidas. Tras un éxito comercial muy desigual, la semirrígida ha demostrado todas sus ventajas para imponerse en el mercado. Con unas cualidades marinas muy superiores a las de su primo de fondo blando, hoy en día es el preferido de la mayoría de los usuarios, tanto navegantes de recreo como profesionales.

Ahora representa la inmensa mayoría de las ventas, reservándose el neumático blando para los apéndices o los programas de uso muy específico.
Zodiac se convierte en la referencia en neumáticos

A principios de la década de 1990, Zodiac integró el tejido de PVC en la fabricación de sus flotadores. El casco Futura, que recuerda al de un catamarán, apareció en varias versiones, con el fin de mejorar el comportamiento de "golpeteo" de un barco flexible con un fondo casi plano.
Zodiac también ha adoptado una conexión deslizante casco-flotador, en lugar de estar pegada. Esta innovación facilita las operaciones de mantenimiento de los flotadores y ahorra tiempo al cambiarlos.

El suelo de madera de los fondos blandos se sustituye por paneles de aluminio, más duraderos.
En un mercado en pleno auge, el fabricante francés adapta todo tipo de motores y transmisiones: fueraborda o intraborda, con base o de chorro de agua.
Pero algunas innovaciones, como la semirrígida desmontable, no permanecerán mucho tiempo en el catálogo.
Un actor que sigue luchando en un mercado competitivo

En la actualidad, Zodiac se ha integrado en el grupo Z-Nautic, propietario también de Bombard y Aka Marine, esta última reservada a los profesionales. En sus 125 años de existencia, se han fabricado algo más de un millón de Zodiacs.

Su catálogo se divide ahora en siete gamas de 2 a 9 m de eslora, sólo en semirrígida.
Al igual que la nevera, Zodiac se ha convertido en un nombre genérico para una embarcación hinchable. Un ejemplo del éxito francés.