Compartir el placer de navegar con su pareja requiere, en algunos casos, un poco de paciencia y habilidad. El mar es un mundo aparte, y no todo el mundo disfruta con él. Para conseguir que tu pareja se suba a bordo, aquí tienes algunos consejos sencillos pero no revolucionarios para que todo vaya sobre ruedas.

Un patrón clásico al principio
Sin prejuicios de género, suele ocurrir que el hombre descubrió la vela en su juventud. Habrá compartido viajes maravillosos con amigos, sin marearse nunca, empujando un poco el barco y sin mucho interés por la comodidad o la intimidad.
Ahora tiene una relación con una "marinera de agua dulce" y le gustarÃa iniciarla en la vela, comprar un barco y hacer un crucero durante las vacaciones. Es más fácil hacerlo si a su otra mitad le gusta navegarâ?¦
Dicho esto, hay, por supuesto, tantos casos como parejas y no siempre es el marido el que intenta atraer a su mujer al barco, también ocurre lo contrario. Otras veces, ambos cónyuges son igualmente aficionados a la navegación. Y a veces, ¡el que ama la navegación prefiere reservarse esta afición para sí mismo!

Empezar poco a poco
Cuando no se sabe mucho de barcos, pueden dar miedo. Para no asustar a tu compañero, es mejor empezar suavemente. Esto puede parecer bastante obvio, pero algunas personas se dejan llevar por un buen viento y un buen rendimiento, olvidando que la escora es un elemento que hay que domar poco a poco.
Cuidar el confort a bordo
En general, un barco es menos cómodo que una casa. Para evitar que la brecha entre ambos sea demasiado grande y desanimar a la primera persona, es importante cuidar el confort a bordo. Esto significa, en primer lugar, un interior perfectamente limpio y ventilado. Si es necesario, también hay que prever la cuestión de los aseos: un cubo en cubierta o en medio del salón puede resultar un poco duro para un primerizo.
Controlar el mareo
Si no sabe si su pareja es sensible al mareo, los primeros viajes deben ser lo más tranquilos posible. De hecho, una vez que te gusta navegar, el mareo ya no parece un obstáculo insalvable. En cambio, si sufre mareos antes incluso de que le guste navegar, es probable que no haga el esfuerzo de aprender a navegar.

Aprender a navegar
La forma más fácil de conseguir que su pareja navegue es ofrecerle un curso de vela. Una vez que se conocen los fundamentos de la navegación, se reduce el miedo. La persona puede empezar a participar en las maniobras, encontrar más interés en la navegación y disfrutar de ella. Por otro lado, el cónyuge no es la persona más indicada para enseñar a navegar a su pareja. Esto suele crear más tensión en la pareja de la necesaria.

El programa ideal para empezar
Así pues, el programa ideal para iniciar a su media naranja sería el siguiente:
- Planifique un primer viaje corto: un fin de semana como máximo.
- Limitar el tiempo de navegación a unas dos horas
- Elige un destino agradable: un pequeño puerto con encanto que visitar, un bonito fondeadero en una isla..
- Navegar en perfectas condiciones meteorológicas: es mejor cancelar una salida si el tiempo no acompaña.
- Disponer de un barco muy seguro y fiable que el capitán conozca bien: los problemas técnicos podrían provocar una pérdida de confianza permanente.
- Limpia el barco antes de recibir a tu compañero.
- Ofrezca deliciosos tentempiés.
- Y si puede cruzarse con algunos delfines, ¡no estropeará nada!

Sin embargo, si sigues pensando que una mujer a bordo trae mala suerte, ¡puedes hacer lo que quieras!