Madeira, la capital
Con sus 750 km², Madeira representa por sí sola el 90% de la superficie terrestre.
Llegada a Funchal a primera hora de la mañana. La silueta maciza de un objeto flotante de color marrón oscuro se acerca despreocupadamente. De un estilo poco común en nuestros puertos deportivos, no cabe duda: no es ni un Jeanneau, ni un Bénéteau, y menos aún uno de esos originales que intentan competir con ellos. ¡Se trata de una réplica del "Santa Maria" de Colombâeuros!

Parada al ritmo del Mini
Pronto anclamos tranquilamente en el puerto exterior, poniendo fin a una despreocupada travesía de cinco días desde las Azores. Durante nuestra travesía, la Mini Transat organizaba una etapa desde Madeira. Tuvimos la suerte de vivir Funchal al ritmo de la escala de esta fabulosa regata. La salida de los competidores de una regata transatlántica a bordo de barcos de 6,5 metros era un espectáculo encantador.

El ballet de cruceros es señal de la gran actividad turística. No es de extrañar, ya que Funchal es una ciudad preciosa. Antes de ir a lugares más auténticos para reponer fuerzas, aprovechamos para pasear y visitar los numerosos museos.

Una larga, divertida y cultural jornada en el Centro de Historias nos hará conocer mejor la historia de Madeira.

A continuación, el teleférico eleva nuestros cuerpos y mentes colina arriba hasta el espléndido jardín tropical Monte Palace .

Fuertes con vistas a la isla
Si se pierde la salida del último teleférico, tendrá que bajar a pie. En la ladera, la vista desde Forte de Pico nos permite imaginarnos en los viejos tiempos. Observamos la entrada de aquellos barcos mercantes por los que llegaban las buenas y las malas noticias. A veces, ay, eran barcos piratas armados hasta los dientes, dispuestos a abalanzarse para destripar y desalojar a la â??EurospÃ'v'mondeâ?.

El Fuerte de Sao Tiago ofrece una suntuosa vista del casco antiguo. Tras sus fachadas ocres, alberga el Museo de Arte Contemporáneo. La Quinta Vigía es la residencia del presidente del Gobierno. El archipiélago es una región autónoma de Portugal. Madeira es un lugar de encuentro con otros navegantes, pero también una oportunidad para conocer a los isleños.

Carlos Jorge, luthier de profesión, es un personaje fascinante. Fabrica y repara distintos tipos de guitarras y mandolinas. En particular, estos pequeños instrumentos de cuatro o cinco por dos cuerdas que son específicos de Portugal y Madeira. Los mismos que se escuchan en la bella y melancólica música de fado. También fabrica ukeleles, que ocasionalmente le encargan desde la Polinesia.
Tradición vinícola de Madeira y excursiones
Una visita a las bodegas es imprescindible para estudiar y comparar los deliciosos vinos de Madeira...

El muy cómodo fondeadero de Machico da acceso al muy agradable puerto pesquero y es el punto de partida de muchos paseos. Aunque estamos algo perdidos, el camino hasta el puerto de Canical ofrece un pintoresco y bucólico paseo por la orilla.