Agua dulce y barcos: ¿cómo gestionar un bien cada vez más preciado?

El agua dulce es un bien preciado, en tierra y más aún en los barcos. Razón de más para utilizarla con cuidado y moderación. Aquí tienes un resumen de los usos del agua a bordo y las mejores formas de ahorrarla.

El cambio climático y las repetidas sequías no dejan de alertarnos sobre la importancia de no malgastar el agua dulce. La náutica también se preocupa, sin esperar a las limitaciones normativas. Pero cómo hacerlo en nuestro barco. Hagamos balance de los usos del agua a bordo.

¿Agua dulce o agua de mar?

La primera pregunta que hay que hacerse es si es necesario utilizar agua potable para el fin previsto cuando se dispone de agua de mar o de río.

Por ejemplo, la cubierta de un barco puede limpiarse con un cubo de agua de mar. Quedarán algunos cristales de sal, pero la suciedad habrá desaparecido. Un parabrisas puede aclararse con un paño humedecido con agua dulce para un mejor acabado, pero incluso en este caso el volumen de agua ahorrado será considerable. Algunos barcos disponen de una bomba de agua de mar directamente para el lavado.

El mismo razonamiento se aplica al lavado de los platos. Aunque un enjuague con agua dulce será útil para evitar que el cuenco de compota tenga sabor salado, no es necesario utilizar agua potable para la limpieza. En las tiendas de artículos náuticos hay productos adecuados para lavar los platos con agua de mar. Un buen cubo de agua de mar será suficiente, y una bomba de pie hará el trabajo directamente en el fregadero.

Siguiendo en la cocina, el agua de cocción es otra posibilidad de utilizar agua de mar. Aunque debe evitarse en fondeaderos abarrotados, el agua de mar mezclada con agua dulce es perfecta para cocer pasta o arroz.

Por último, la higiene personal también consume agua. Es perfectamente posible lavarse con agua de mar. Existen jabones y champús adecuados, que hacen espuma como un producto clásico con agua de mar. Para mayor comodidad, aclárese con agua dulce, procurando no abusar de ella.

Ahorrar agua en el depósito

Cuando ya no es posible hacer otra cosa que utilizar agua de los depósitos de a bordo, conviene hacerlo con moderación. Esto ya ocurre en algunas casas, pero es posible añadir aireadores a los grifos, que limitan el consumo añadiendo aire.

Generalizar el uso de bombas de pie en lugar de unidades de agua a presión, sobre todo en la cocina, también es una buena forma de darse cuenta del consumo de agua a bordo y controlar su uso.

Al llenar los depósitos de la embarcación, también es importante evitar el derroche, vigilando siempre el rebosadero. Los adaptadores de manguera también pueden limitar los vertidos.

Encontrar fuentes de agua alternativas

Cuando el depósito de agua está vacío, ¿es siempre necesario conectarse a la red de agua potable? Esta pregunta es especialmente crucial en las regiones con escasez de agua y en las islas. Por eso es buena idea, sobre todo en viajes largos, pensar en métodos de recogida de agua de lluvia. Una vez filtrada, el agua de lluvia puede utilizarse para muchos fines. También se puede considerar la posibilidad de ducharse en la bañera, si el fondeadero no está demasiado cerca

Por último, el agua de mar que rodea al barco es casi infinita en cantidad. Las potabilizadoras, aunque representan una inversión y consumen un poco de energía, son una solución atractiva por ser autónomas. Incluso existen versiones manuales o alimentadas por energía solar.

Utilizar agua no potable, limitar el consumo... Hay muchas maneras de utilizar el agua de forma virtuosa en nuestros barcos.

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