Gestión estacional de las aguas residuales
Es innegable que, durante la temporada, el mantenimiento de las embarcaciones suele pasar a un segundo plano, sobre todo en lo que respecta a los depósitos de aguas residuales que llenamos y vaciamos repetidamente. Por ley, todas las embarcaciones de recreo nuevas están equipadas con sistemas de almacenamiento de aguas residuales. Sin embargo, es esencial que los distintos depósitos de agua se vacíen de forma que se cumplan las normas medioambientales, eliminando las aguas grises y negras en instalaciones diseñadas a tal efecto.
El vertido de aguas negras en mar abierto puede provocar problemas de contaminación marina y representa un riesgo de contaminación bacteriológica para la fauna y la flora. Aunque el vertido de aguas negras en mar abierto no suele ser ilegal, puede contribuir a la contaminación del medio marino, sobre todo en zonas cercanas a la costa o en aguas poco profundas. Es importante señalar que el vertido de aguas negras en zonas portuarias y parques marinos está estrictamente prohibido.
Sin embargo, el cumplimiento de estas normas medioambientales no significa necesariamente que los tanques estén bien mantenidos. Los residuos contenidos en estos tanques incluyen diversos elementos como proteínas, nitrógeno, urea y ácido úrico, susceptibles de ser descompuestos por bacterias putrefactoras. Los azúcares, las celulosas y las fibras presentes también son descompuestos por las bacterias, lo que provoca malos olores y la corrosión de los tanques. Además, las grasas se descomponen en ácidos grasos y algunos subproductos contienen elementos sulfurosos, como sulfuro de hidrógeno y mercaptanos malolientes.
Cuando llegue el momento de realizar una limpieza a fondo al final de la temporada, es aconsejable llevar guantes, porque incluso después de haber vaciado los depósitos, aún pueden contener bacterias potencialmente peligrosas.
Drenaje de aguas residuales
Cuando se trata del mantenimiento de las aguas residuales, es crucial distinguir entre dos categorías: las aguas grises, procedentes de las actividades de la cocina y el baño, y las aguas negras, procedentes de los inodoros. Las aguas grises incluyen todos los residuos de tus actividades diarias, como cocinar, fregar los platos, ducharte y actividades higiénicas como lavarte las manos y cepillarte los dientes.
Empiece por vaciar el depósito, antes de limpiarlo a fondo. Como siempre que se trata de agua, ya sea negra o gris, primero hay que vaciar el depósito en una zona habilitada exclusivamente para ello.
Para la limpieza, recomendamos utilizar un producto específico, disponible en varios proveedores. Para utilizarlo, consulta las instrucciones de uso, de modo que puedas dosificar el producto en función de la capacidad de tu depósito de aguas grises. Aclare con agua limpia una o dos veces, aprovechando el agua potable que quede en el depósito de agua dulce. Así ahorrarás unos cuantos litros de agua. Al final del proceso, recuerda dejar el grifo y las válvulas abiertos.
Vaciar el circuito y el depósito de agua dulce
Empieza por encender la bomba de agua y, a continuación, abre todos los grifos, incluidos el de la cocina, el del lavabo y el de la ducha, según el equipamiento de que dispongas. Asegúrate de mantenerlos abiertos hasta que el agua salga por completo, eliminando así las últimas gotas de agua que queden en el sistema.
Una vez que el sistema esté vacío, es esencial apagar la bomba de agua. Sin embargo, es esencial no cerrar los grifos. Al contrario, manténgalos abiertos. Esta precaución es esencial para evitar cualquier acumulación de agua residual que pueda causar problemas más adelante. Si su instalación incluye un cabezal de ducha, retírelo de su soporte y colóquelo en la posición más baja para asegurarse de que el sistema de agua está correctamente drenado y listo para su uso. También recomendamos limpiar los filtros y dejarlos abiertos durante el invierno.
Limpieza del depósito de agua dulce
Cuando se disponga a purgar su depósito de agua limpia, es probable que observe un depósito amarillento o restos de moho en el interior del depósito. No se preocupe, es completamente normal. Sin embargo, es esencial eliminar estos depósitos para evitar la proliferación de bacterias. Es fundamental tener en cuenta que el calor puede acelerar la degradación del agua, y un depósito de agua estancada es un caldo de cultivo para las bacterias.
Una limpieza meticulosa es esencial para evitar la multiplicación de bacterias y el desarrollo de olores desagradables. Siempre que sea posible, intente frotar suavemente el interior del depósito con un cepillo. A continuación, vacíe el depósito y enjuáguelo a fondo. Para limpiar a fondo el depósito de agua limpia, se recomienda utilizar productos específicos o lejía. Vuelva a vaciar el depósito para asegurarse de que está completamente limpio.
Por último, no olvide dejar abiertas las válvulas y la trampilla de inspección para permitir una circulación de aire adecuada. Este proceso garantizará que su depósito esté libre de cualquier residuo no deseado y listo para suministrar agua limpia y saludable.