Desde hace más de un siglo, la marinera, verdadero icono de la moda marinera, sigue gozando de una popularidad inquebrantable. Hoy en día, aunque sigue siendo una prenda intemporal e imprescindible para algunos, que combina a la perfección con los paisajes costeros, poco se sabe de su historia.
Raíces al otro lado del Canal
La prenda de punto a rayas, comúnmente llamada hoy "marinière", surgió en la iconografía de Bretaña y Normandía en el siglo XVII. Se trataba de un chaleco diseñado para llevar debajo de una chaqueta impermeable, según las condiciones. Según la tradición, las rayas tenían una razón evidente: mejorar la visibilidad. En condiciones difíciles en el mar, como la oscuridad, la niebla o las tormentas, un hombre que lleva una camisa a rayas destaca claramente. Del mismo modo, un marinero que lleva rayas es más visible cerca de las velas durante el trimado.
Una entrada en la historia militar francesa
Un decreto oficial del 27 de marzo de 1858 introdujo la marinera en el uniforme reglamentario de los contramaestres y marineros de la Marina francesa, con el fin de diferenciarlos de los oficiales que preferían el uniforme.

Sus características técnicas son las siguientes: una auténtica camisa marinera tiene de 20 a 21 rayas azul índigo en el pecho y la espalda -el tinte más avanzado de la época-, de 10 milímetros de ancho y separadas entre sí 20 milímetros. Algunos dicen que el número 21 representa las 21 victorias de Napoleón. Las mangas, adornadas con 14 franjas azules, también separadas 20 milímetros, no sobrepasan la chaqueta, y el escote acampanado llega hasta el cuello.

Una anécdota revela que la versión impuesta por el decreto llegaba hasta la parte superior de los muslos, ocultando así las partes inferiores de los marineros cuando se inclinaban, algo frecuente en los muelles. Sin ropa interior, los marineros debían presentarse más decorosamente como representantes de la Marina francesa.
En aquella época, las prendas de punto de algodón a rayas se fabricaban en Brest. Su principal cualidad era su elasticidad, que variaba en función de lo apretadas que estuvieran las puntadas.
Es costumbre decir que la marinière es bretona, porque una gran parte de los marineros de la Marina francesa procedían de Bretaña. Culturalmente ligados al océano, muchos bretones del siglo XIX y anteriores vieron en la Marina una oportunidad para escapar de la miseria que afligía a la región. De hecho, los ingleses llaman a la marinière "camiseta bretona".

Adopción en la Armada rusa
Conocido como '' telnyashka en Rusia, el uniforme de marinero inspirado en los marineros franceses se convirtió en 1874 en el emblema de la marina rusa. San Petersburgo es, y siempre ha sido, una ciudad marítima, fundada por Pedro el Grande como base de la flota del Báltico. En San Petersburgo, la telniachka es, por tanto, un símbolo. Encarna un inmenso orgullo militar para quienes lo llevan, evolucionando gradualmente hacia una representación más amplia de la masculinidad y la confianza en uno mismo.
Azul y blanco eran los colores de la bandera de San Andrés, la principal bandera naval rusa desde la época de Pedro el Grande. En 1912, la telniachka adquiere su forma clásica: rayas azules y blancas de una anchura idéntica de 11 centímetros.

La telniachka adquirió un nuevo significado durante las revoluciones de 1917, cuando los marineros de la flota del Báltico se convirtieron en unos de los principales opositores al gobierno zarista. Más tarde, en numerosos carteles de propaganda bolchevique, los marineros con poderosos pechos a rayas encarnaron la imagen de fieros revolucionarios.

Antes y durante la Segunda Guerra Mundial, apareció en la URSS una nueva rama militar de élite: las tropas aerotransportadas. La práctica de que estas unidades terrestres adoptaran un uniforme naval surgió de los marineros de la marina soviética que lucharon en campaña durante la Segunda Guerra Mundial. Esta costumbre fue sacada a la luz por el famoso francotirador soviético Vassili Zaïtsev, que se había alistado voluntariamente pero se negó a renunciar a su telnyashka porque simbolizaba el orgullo y la determinación de los marineros en la batalla. La telniachka de las tropas aerotransportadas tiene franjas azul celeste. Según esta tradición, un recién llegado sólo se gana el derecho a llevar esta emblemática camiseta tras realizar su primer aterrizaje en paracaídas sobre el agua.
En el ejército ruso actual, el telniachka está disponible en diferentes colores para los distintos cuerpos militares. Los marineros, incluidas las fuerzas de submarinos, llevan un telniachka blanco y azul marino. Los miembros del regimiento del Kremlin visten de azul índigo. Los guardacostas del servicio fronterizo del FSB llevan rayas verde claro en el uniforme telniachkas el morado es el color de los galones de la Guardia Nacional, y los hombres del Ministerio de Situaciones de Emergencia llevan camisas con franjas naranjas.

Atuendo tradicional de gondolero veneciano
Los gondoleros venecianos, con su inconfundible elegancia, visten pantalón negro y cinturón rojo, pero es sobre todo la gorra de marinero, con sus anchas franjas rojas o azules, lo que más llama la atención. Completan su atuendo con un bombín adornado con una cinta. Este atuendo emblemático se adoptó a finales de los años cincuenta.

De atuendo marinero a accesorio de moda
Entre 1890 y 1900, los trajes de marinero se convirtieron en parte del movimiento de liberación femenina. En una época en que las mujeres estaban encadenadas por corsés y agobiadas por enaguas, encajes y volantes, los trajes marineros de punto representaron una auténtica revolución. Durante la Gran Guerra, Coco Chanel, que visitaba con frecuencia las estaciones balnearias y se inspiraba en los marineros locales, introdujo el estilo en su boutique de Deauville, en particular lanzando camisas marineras cortas. Con ello contribuyó a la liberación del cuerpo femenino.

La raya se convirtió en un motivo popular que se extendió por todo el país, influyendo en diseñadores de moda, músicos, pintores y actores, entre otros.

Las prendas de punto a rayas siguen siendo popularizadas por numerosas personalidades de la vela, como Éric Tabarly.

Sin embargo, es Jean-Paul Gaultier quien se ha mantenido más fiel al traje marinero desde su primer desfile en 1978, interpretándolo de diversas maneras. En particular, lo utilizó para diseñar los frascos de su línea de perfumes masculinos, con escenas de marineros ataviados con la marinière y un eslogan evocador: ''Recortado hacia alta mar, azul como el horizonte, en su marinière: el Macho abulta su pecho dispuesto a seducir. Le encanta recorrer el mundo y hacer latir los corazones
