El sábado 16 de marzo de 2024, Jérôme Delage está sentado en una pequeña mesa de picnic en la escala náutica de Fontet, en el Canal Latéral de la Garonne. Está allí, contemplando a los cormoranes que bucean alrededor de su velero, inmóvil, amarrado junto al muelle donde espera desde hace casi 15 días ser liberado para continuar la aventura con su tripulación rumbo a Grecia.
Bloqueado por la caída de un árbol
Jérôme navega en familia con su mujer y sus 2 hijos en "Le Ruzé", un Trisbal 36, embarcación neumática integral de aluminio. Salió de Brest el 16 de febrero de 2024 y, tras desarbolar en Burdeos, atacó el Canal Latéral à la Garonne el 3 de marzo. Cuando Jérôme compró su etiqueta VNF para obtener la autorización de navegar por los ríos y canales, le informaron de que el 22 de febrero se había caído un árbol que obstaculizaba la navegación en el puente de Tersac. Este hecho iba a cambiar la situación, ya que el 5 de marzo se dictó una orden que prohibía la navegación. Así pues, desde principios de marzo, la tripulación del velero está bloqueada río abajo del puente dañado por la caída del árbol en la comuna de Meilhan sur Garonne.
El plan de toda una vida para emprender un viaje familiar de 6 meses a Grecia desde Brest se detuvo bruscamente en el PK 182. 2 años de inversión en tiempo y dinero para preparar este viaje y el barco, sólo para que esta nueva vida se reduzca a esperar. ¿Pero esperar a quién? ¿A qué?
Una situación inextricable
VNF - Voies Navigables de France -, a quien había pagado su pase de navegación de 30 días por 153 euros, le dejó entrar en el Canal Latéral de la Garonne, sabiendo que había un problema 10 km más adelante.
Y desde entonces, un carrusel de responsabilidades: VNF como gestor del canal y las riberas y, por tanto, de los plátanos, el ayuntamiento de Val de Garonne como propietario del puente de Tersac, y la prefectura de Lot et Garonne como responsable estatal de la seguridad... pasándose la pelota a un ritmo que tiene a todos en vilo. Aunque VNF ha desbrozado el árbol en cuestión, todavía no se ha anunciado ningún peritaje sobre la posibilidad o no de pasar por debajo del puente. La tripulación del Ruzé no tiene perspectivas de que el puente vuelva a abrirse en un futuro próximo.
Otros barcos en la misma situación
Con él también está bloqueado otro navegante que tiene que transportar un barco al Mediterráneo. Pero mientras el Ruzé aún tiene la oportunidad de dar la vuelta, o incluso de que le digan que tome la carretera, río arriba, una barcaza Freycinet también está bloqueada, sin poder siquiera dar la vuelta, ya que es demasiado larga para la anchura del canal y el espacio previsto para maniobrar le obliga a pasar ¡por debajo del puente!
Jérôme añade lacónicamente: " Un decreto prefectoral que prohíbe el paso ha puesto nuestro viaje en suspenso, y tenemos que luchar cada día por salir de esta trampa administrativa por teléfono y correo electrónico. Esta historia no es la que soñábamos cuando preparábamos nuestro querido Ruzé. "
