El navío de tres palos y aparejo cuadrado Duchesse Anne, que se ha convertido en un emblema de la ciudad de Dunkerque, necesita una importante restauración debido a su avanzada edad. Este ambicioso proyecto de restauración, cuya finalización está prevista para el verano de 2025, pretende devolver a este barco histórico su antiguo esplendor, haciendo que el escaparate del Museo Marítimo de Dunkerque vuelva a brillar.
Orígenes alemanes

La Duquesa Ana, antiguamente conocida como Grossherzogin Elisabeth, es el velero más grande y el último de tres mástiles y aparejo cuadrado que se conserva en Francia. Construido en 1901 por los astilleros Joh. C. Tecklenborg de Bremerhaven-Geestemünde según los planos de Georg W. Claussen, es famoso por su estilo arquitectónico y su forma de construcción. Claussen, es célebre por su excepcional arquitectura naval, en particular por su casco de acero aerodinámico y el equilibrio general del buque, que ofrece amplios espacios habitables al tiempo que incorpora innovaciones en materia de seguridad.
Inicialmente buque escuela de la marina mercante alemana, pasó a enarbolar pabellón francés en 1946 y fue entregado a la Marina francesa como indemnización de guerra. Estacionado en Lorient y Brest sin hacerse nunca a la mar, se salvó de la demolición en los años setenta gracias a la determinación de un grupo de entusiastas.

Tras una meticulosa restauración inicial para devolverlo a su estado original preservando su autenticidad como buque escuela, ahora es un museo flotante abierto a los visitantes en el puerto de Dunkerque.
Los estragos del tiempo y el clima del norte

Casi 120 años después de su botadura, el hermoso Duchesse necesita algunos cuidados. Su casco, fabricado con planchas de acero remachadas y soldadas, ha sufrido daños por la lluvia. La cubierta de pino de Oregón también está en un estado lamentable y habrá que rehacerla por completo.

Con el tiempo, el agua dulce se ha filtrado en muchas zonas, lo que ha provocado un grave deterioro de los elementos de madera y la oxidación de las piezas metálicas.

En la década de 1980, se vertió hormigón en el fondo para lastrar el barco. Pero la cohabitación de áridos y acero causó daños irreversibles bajo la línea de flotación.
18 meses de obras y un presupuesto de 12 millones de euros

Tras dos años de estudios de viabilidad, las obras comenzaron en enero de 2024 y deberían concluir en el verano de 2025. Una vez retirados los mástiles superiores, retirada toda la cubierta de madera y limpiado el fondo, el casco será remolcado para una larga estancia en dique seco.

A continuación se desmontará parcialmente para retirar el hormigón y se reconstruirá por completo toda la estructura. El puente se reconstruirá por completo, al igual que el acondicionamiento interior, que debería volver a tener el mismo aspecto que cuando se puso en marcha a principios del siglo pasado.

Después de todo eso, la Duquesa Ana volverá a su muelle frente al Museo Marítimo de Dunkerque. Con un plazo muy concreto. Debe estar presente en la Tall Ship Race, que se celebrará en Dunkerque del 10 al 13 de julio de 2025.
