Si el diseño confiere a esta embarcación una fuerte personalidad, el diseño del casco no se queda atrás. Además de la proa afilada e invertida, el casco se apoya en dos grandes quillas que garantizan la estabilidad en navegación. Además, una vez cepillado, la cuarta parte delantera del casco ya no toca el agua, ya que el Pardo navega sobre sus dos tercios de popa.

Otra característica del Pardo es su proa afilada, que continúa hasta el fondo del casco. Unas cuantas tracas proporcionan agarre y orientación, y en conjunto, este diseño resulta muy eficaz.
Tres opciones de motor
En cuanto a los motores, el Pardo está disponible en tres configuraciones, de 2x480 CV a 2x600 CV. Este último se instaló en nuestro barco de pruebas. Con un desplazamiento de 25 toneladas, los 1.200 CV parecen un poco débiles. Sin embargo, una vez en el agua, el resultado es convincente. En efecto, sin demasiado esfuerzo, el 52 GT alcanza una velocidad de crucero de 22 nudos a 2600 rpm, una velocidad que ya le permite proyectar un viaje agradable, sobre todo porque se desenvuelve con comodidad.

No sólo el casco sortea muy bien el choppy, sino que el confort a bordo sigue siendo excelente. Con su popa bien apoyada, el Pardo corre sin sacudir demasiado a su tripulación. Cuando el oleaje se vuelve más agitado, la proa hace su trabajo, cortando la ola antes de que llegue al resto del casco.
Un barco diseñado para cruceros
A pesar de sus líneas, el 52 GT no es un barco de alto rendimiento, con una velocidad máxima de 25 nudos. En cambio, cumple perfectamente su función de crucero, siendo fácil de gobernar y seguro para la tripulación.

No obstante, siempre puedes optar por un par de IPS 700, lo que debería ahorrarte algo de dinero en la compra y en la gasolinera, sin demasiado impacto en el rendimiento.