A menudo se ignora la normativa

El reglamento estipula que una embarcación auxiliar debe estar claramente identificada, con el nombre de la embarcación que la transporta y su número de matrícula. Dejar una embarcación auxiliar abandonada no es un asunto trivial. Por un lado, estas embarcaciones pueden quedar a la deriva en el mar, desencadenando operaciones de rescate innecesarias cuando son avistadas desocupadas. En segundo lugar, su deterioro gradual contribuye a la contaminación marina, sobre todo por el vertido de plásticos y otros materiales tóxicos.

Iniciativas locales para limitar el problema

Ante esta situación, varios puertos de Bretaña y el Mediterráneo han introducido medidas similares. En Port-Tudy, en la isla de Groix, se ha lanzado una "alerta de retirada" para animar a los navegantes a regularizar la situación de sus embarcaciones. En Moëlan-sur-Mer, el ayuntamiento ha optado por una solución más radical: pone a disposición seis embarcaciones compartidas para limitar el número de embarcaciones abandonadas.
En Carro, en la región de Bouches du Rhône, la capitanía del puerto ha identificado los botes y embarcaciones abandonados y ha dado tres semanas a sus propietarios para que se presenten.
Transcurrido este plazo, las unidades en cuestión han sido retiradas y desmanteladas, o saldrán en breve a subasta.
Una limpieza de primavera necesaria

En el puerto de Kernével, Sellor, responsable del lugar, tiene previsto retirar todas las embarcaciones no conformes a partir del 1?? de abril. A partir de ahora, será obligatorio llevar una tarjeta de identificación para conservar la plaza. Las embarcaciones en mal estado se entregarán a Écologic, una organización ecológica encargada de reciclarlas.

Dado que cada vez se abandonan más embarcaciones, es probable que estas acciones se generalicen y se repitan. Para los navegantes, el consejo es claro: es mejor identificar y mantener su embarcación auxiliar, o arriesgarse a verla desaparecer durante la próxima gran limpieza.