Francia: el umbral más bajo de Europa
En Francia, la licencia es obligatoria para las embarcaciones a motor de más de 6 CV (4,5 kW). Esto limita mucho el uso sin licencia, que se reserva a embarcaciones auxiliares motorizadas o pequeñas embarcaciones.

Italia: hasta 40 caballos sin examen
Italia aplica la norma más permisiva: sólo se exige permiso a partir de 40 CV (30 kW). Esto deja mucho margen para los veraneantes y los navegantes ocasionales.
España y Alemania: la barrera de los 15 caballos
En España, como en Alemania, la licencia es obligatoria a partir de 15 CV (11 kW). Estos umbrales permiten utilizar motores más polivalentes que en Francia, sin por ello tener acceso a las embarcaciones semirrígidas más potentes.
Grecia y Croacia: umbrales comparables
Grecia y Croacia, dos destinos populares de alquiler en verano, también aplican el umbral de 15 CV (11 kW).
Portugal: un régimen específico
En Portugal, es obligatoria una licencia para cualquier embarcación a motor de más de 6 CV, pero las condiciones pueden variar para los alquileres turísticos.
Cuadro comparativo de los umbrales de exención de permiso en Europa
País | Potencia máxima sin licencia | Observaciones |
---|---|---|
Francia | 6 CV (4,5 kW) | Límite más estricto |
Italia | 40 CV (30 kW) | Tolerancia muy amplia |
España | 15 CV (11 kW) | Varía según la zona |
Alemania | 15 CV (11 kW) | Se aplica a la mayoría de las masas de agua |
Grecia | 15 CV (11 kW) | Norma de aplicación uniforme |
Croacia | 15 CV (11 kW) | Ampliamente utilizado para alquiler |
Portugal | 6 CV (4,5 kW) | Similar a Francia, pero con excepciones en la Carta |
Un mosaico normativo

Estas disparidades complican la vida de los navegantes itinerantes. Un motor de 30 CV prohibido en Francia sin licencia puede circular libremente en Italia. A la inversa, un turista francés en Grecia no tendrá problemas para alquilar un barco que no le habrían permitido utilizar en su país.
¿Y si Francia aumentara el umbral de potencia sin licencia?
Actualmente fijado en 6 caballos, el límite francés es el más bajo de Europa. Pero, ¿y si la normativa pasara a 15 caballos, como en España o Alemania, o incluso a 40 caballos, como en Italia?
En primer lugar, habría un impacto inmediato en el mercado de las embarcaciones pequeñas. Los constructores y fabricantes de motores verían abrirse un nuevo nicho, con embarcaciones de 15 a 40 CV que podrían navegar sin necesidad de entrenamiento. El segmento de los cascos semirrígidos y abiertos (de 4 a 5 metros) podría atraer a una clientela más amplia, sobre todo a jóvenes navegantes y usuarios estacionales.
En segundo lugar, el alquiler turístico se beneficiaría de un verdadero impulso. En las costas atlántica y mediterránea, muchas bases de alquiler podrían ofrecer unidades más potentes sin necesidad de licencia, como ya existe en Italia y Croacia. Esto simplificaría el acceso a la náutica de recreo a los turistas extranjeros, acostumbrados a umbrales más elevados.
Sin embargo, esta evolución también plantearía cuestiones de seguridad y formación. Pasar de una embarcación auxiliar de 6 caballos a una de 30 cambia radicalmente la situación en términos de velocidad, distancia recorrida y maniobrabilidad. Sin un nivel mínimo de formación, aumentaría el riesgo de accidentes, sobre todo en los puertos o en zonas muy concurridas en verano.
Por último, también hay que pensar en las consecuencias reglamentarias: seguros, responsabilidad en caso de accidente y supervisión de las empresas de alquiler. Elevar el umbral significaría probablemente crear un sistema intermedio, a medio camino entre el simple acceso abierto y la actual licencia costera, para garantizar un nivel mínimo de conocimiento de la seguridad y la normativa marítima.
En resumen, el aumento del umbral en Francia abriría el mercado y simplificaría el acceso a la náutica, pero al mismo tiempo exigiría reflexionar sobre la educación y la supervisión de los recién llegados.