Una primicia histórica para la America's Cup en Italia
Nunca antes se había celebrado la Louis Vuitton America's Cup en la costa italiana. El anuncio oficial de Nápoles como sede marca un punto de inflexión para la competición deportiva internacional más antigua, hasta ahora asociada principalmente a bastiones anglosajones o neozelandeses. Al elegir Nápoles, los organizadores apuestan por un público apasionado y una ciudad cargada de historia marítima.

Bagnoli, lugar técnico y símbolo de la rehabilitación
La infraestructura logística de la 38ª America's Cup se concentrará en la zona de Bagnoli, un antiguo polígono industrial actualmente en reconversión. Allí se instalarán las bases de los equipos. La elección de esta zona refleja una fuerte voluntad política: utilizar un gran acontecimiento náutico para impulsar un proyecto urbano a gran escala, integrando la rehabilitación medioambiental, el desarrollo económico y la creación de empleo en el sector marítimo.
Espectaculares zonas de regatas en el corazón de la ciudad

Las regatas tendrán lugar entre Castel dell'Ovo y Posillipo, en el golfo de Nápoles. Este tramo de agua protegida, fácilmente visible desde la costa, ofrece condiciones favorables para los AC75, estos monocascos hidroala de comportamiento espectacular. Este entorno urbano también es muy accesible para el público, lo que recuerda los anteriores éxitos populares de las Series Mundiales de la Copa América en 2012 y 2013.
Retos logísticos y técnicos

La organización del evento exigirá un gran compromiso en términos de logística portuaria, seguridad del agua y creación de infraestructuras temporales para los equipos. El gobierno italiano, a través de Sport e Salute, coordinará las operaciones con Defender Team New Zealand y las autoridades locales. El reto: garantizar el cumplimiento de las normas técnicas de la America's Cup respetando las limitaciones de un lugar en plena transformación.
Impacto previsto en la industria náutica italiana
La celebración de la 38ª edición en Nápoles supondrá un escaparate internacional para la industria náutica italiana, especialmente para los astilleros, los fabricantes de equipos y los proveedores de servicios portuarios. El acontecimiento también podría aumentar el perfil de Luna Rossa, el histórico desafío de la Copa. La inversión pública está destinada a estructurar un ecosistema sostenible en torno a las actividades marítimas y náuticas, con los efectos esperados en el turismo, la formación y la innovación.
La concesión de la Copa América a Nápoles es algo más que una elección deportiva. Forma parte de una estrategia más amplia para recuperar la ciudad, mejorar el litoral y elevar su perfil internacional. A dos años del acontecimiento, las miradas se dirigen ya a los muelles de Bagnoli y a las aguas del Golfo, futuros testigos de una regata que va más allá del marco de la regata para convertirse en un elemento permanente del paisaje náutico italiano.