Odyssée des Possibles: conozca a Fabienne, patrona de un catamarán femenino

Fabienne, capitana de la expedición "Odyssée des Possibles" organizada por Women for Sea, accedió a contarnos su experiencia. Fue una experiencia de navegación única, que combinaba retos marítimos, una gestión atípica de la tripulación y un compromiso con el medio ambiente... sin perder nunca de vista lo esencial: navegar en un barco junto a un grupo de mujeres comprometidas con el océano.

Eran quince. Quince mujeres embarcadas en un viaje de tres semanas de Marsella a Niza, acompañadas por tres facilitadoras, creadoras de contenidos, artistas e investigadoras. A bordo, no un crucero contemplativo, sino un compromiso colectivo, una aventura al servicio del mar y de las causas que lo atraviesan.

Fabienne, experimentada y perspicaz capitana, orquesta este insólito viaje al timón de un catamarán que, con el paso de los días, se ha convertido en mucho más que un barco. Nos habla de una expedición en la que la tecnología se une a la humanidad y en la que cada milla recorrida cuenta el doble.

Un patrón que combina la aventura humana con el dominio del mar

Cuando se pidió a Fabienne que se presentara, la respuesta fue rápida: " Ante todo, soy un navegante apasionado por compartir conocimientos y, sobre todo, habilidades. Formado en vela ligera y luego en crucero, con ocho años de navegación a mis espaldas, me encanta ver cómo mis tripulantes se reafirman, asumen riesgos y ganan confianza. "

Su carrera comenzó con un breve curso de formación en el mar, durante el cual luchó por entender el viento, antes de descubrir la vela ligera y enamorarse de ella. Al cabo de dos años se convirtió en monitora, se cruzó con un marinero que se convertiría en su marido y acumuló una gran experiencia: escapadas al mar con jóvenes con dificultades, cursos en Les Glénans, cruceros oceánicos... " Luchar es aprender ", resume.

" Cuando Women for Sea me propuso capitanear esta expedición, me sentí inmediatamente atraída: se trataba de combinar mis conocimientos marítimos con un proyecto que tuviera impacto, centrado en soluciones sostenibles y encuentros humanos. El objetivo principal nunca fue recorrer millas, sino desarrollar y poner de relieve proyectos dirigidos por mujeres en beneficio del océano. Al mismo tiempo, l'Odyssée tenía también un segundo compromiso, igualmente esencial: llevar simbólicamente hasta el CONU el alegato de Women for Sea en favor de una gobernanza igualitaria de los océanos. "

Elección del barco: un catamarán diseñado para la autonomía y la vida en grupo

La tripulación zarpó en un catamarán de 40 pies, una elección muy meditada que Fabienne apoya plenamente. " Este tipo de barco era perfecto para la expedición: ofrecía espacio para la tripulación, buena estabilidad para los pasajeros, que a veces estaban mal amarrados, y mayor autonomía gracias a su equipamiento energético. "

El equipo Women for Sea se prepara meticulosamente antes de la salida. Por su parte, Fabienne se prepara para capitanear el Odysee durante un mes: " Quería estar lo más preparado posible. Trabajé las maniobras en puerto, la seguridad, el equipo de navegación... con el objetivo de anticiparme lo máximo posible. Un mes antes, incluso navegué tres días en un barco similar para practicar y luego, 2 días justo antes de la salida, directamente en el barco para asegurarme de que lo conocía al dedillo. "

Además de su comodidad, el catamarán también tiene sus limitaciones a la hora de navegar: menos eficaz en ceñida, más sensible a los vientos cruzados y, a veces, menos reactivo durante las maniobras de emergencia. " El yate estaba equipado con un ordenador de a bordo que centralizaba toda la información (combustible, reserva de agua, etc.), un artilugio que no me gusta especialmente. Era la pantalla central del puesto de gobierno, pero sin repetidores en el interior. En un catamarán, también hay muchos ángulos muertos cuando estás al timón. Algunas maniobras requerían mucha coordinación. "

Un viaje salpicado de encuentros... y algunas sorpresas técnicas

La ruta llevó a tres tripulaciones diferentes de Marsella a Niza, con escalas en puertos elegidos por su interés para sensibilizar a los escolares sobre la necesidad de proteger el mundo marino. " Pero cada escala supone también una maniobra para llegar a la meta, un fondeadero que a veces puede ser complicado, como en esta primera noche de fuertes vientos, en la que tuvimos que levar anclas dos veces en plena noche. "

En el mar, no faltaron los desafíos: 25 nudos establecidos en la salida, fondeos a 25-35 nudos, meteorología cambiante, un recorrido alargado por los límites de ceñida del catamarán. Algunas trayectorias requirieron incluso el uso de motores para cumplir los plazos de los eventos en tierra.

" También tuvimos que adaptar el itinerario para incluir citas fijas y talleres de apoyo a bordo... algo poco habitual en este tipo de viajes en velero.. ".

La seguridad estaba en el centro de cada etapa: sesiones informativas en cada cambio de tripulación, comprobaciones diarias del funcionamiento de los equipos críticos, recordatorios sistemáticos del procedimiento de recuperación del hombre al agua y el uso obligatorio del chaleco salvavidas.

" Estos ajustes, a veces improvisados, reforzaron la cohesión: vi a las tripulaciones evolucionar, ganar en confianza y ayudarse mutuamente. Todos participaban en la vida a bordo. Me gusta trabajar en función de las necesidades de la tripulación. La idea es que cada uno encuentre su lugar a bordo y que todos participen. A veces esto significa un horario fijo, otras veces más espontaneidad en la distribución de las tareas a bordo. El barco se convirtió rápidamente en una tripulación. "

El papel de la mujer capitana en una expedición comprometida: un sutil equilibrio

" Mi papel lo abarcaba todo: era responsable de la seguridad, las maniobras y el itinerario... pero también era el garante de la armonía de la tripulación. Algunos de los pasajeros no tenían piernas marineras o no estaban acostumbrados a la vida en el agua; tenía que explicarles las maniobras, lidiar con sus aprensiones y, a veces, con sus mareos, manteniendo el rigor necesario. "

La misión también consistió en crear las condiciones necesarias para organizar talleres y actos en tierra, y navegar con participantes no aficionados a la vela. " Exigía enseñar, escuchar y mucha anticipación. "

Esta experiencia amplió su visión del papel de patrón: " He aprendido a confiar en mi capacidad pedagógica, pero también en mi capacidad técnica. Me ha encantado mezclar todos los aspectos técnicos que requiere una navegación de este tipo con los parámetros humanos que inevitablemente hay que tener en cuenta. Es una gimnasia fascinante. "

¿Y ahora qué? ¿Nuevas odiseas?

Cuando se le pregunta por la imagen que resume la aventura, sonríe: " El pulgar hacia arriba del supervisor del puerto durante la última maniobra, ¡una verdadera satisfacción! Este pulgar arriba significó realmente el final de un mes intenso para mí. Fue un pulgar arriba para demostrar el éxito técnico y humano de esta Odisea. "

¿Y si tuviera que hacerlo todo de nuevo? " Tendría más confianza en mis capacidades. Me daría más permiso para afirmar mi posición de capitán desde el principio. Esta autoafirmación tiene en cuenta la gestión de mi tripulación y del barco, pero también los horarios impuestos. El calendario de actividades aquí está muy acotado por las necesidades de la odisea. "

Fabienne se marchó transformada, más convencida que nunca de que la vela puede ser un vehículo de transformación y emancipación.

Conclusión

La Odyssée des Possibles demuestra que el compromiso social, la transmisión y la excelencia marítima pueden coexistir a bordo de un mismo barco. Pero si bien el proyecto aborda cuestiones medioambientales y humanas, es la solidaridad a bordo, la capacidad de tripular juntos y de enfrentarse juntos a los elementos, lo que hace de esta una aventura náutica por derecho propio. Una lección que Fabienne comparte con humildad... y ganas de volver a zarpar.

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