Cada verano, en el Mediterráneo, miles de navegantes se cruzan con delfines y cachalotes. Estos encuentros impresionan y asombran... pero también pueden poner en peligro a los animales si se les trata mal. ¿Sabemos realmente cómo observarlos sin molestarlos? ¿Qué sabemos de sus necesidades y su vulnerabilidad? He aquí cómo convertir estos momentos en experiencias respetuosas e inolvidables.

Un soplo en el agua, una presencia
Aparecen sin previo aviso. En la proa, a estribor, en la estela... un soplo, una sombra, una aleta. Un delfín, un cachalote, un rorcual. En el Mediterráneo, los encuentros con los cetáceos tienen esa belleza deslumbrante que suspende el tiempo. Un milagro casi banal, y sin embargo tan frágil.
"Proteger las especies ya no es suficiente. Tenemos que dar a todos los seres vivos el derecho a existir"
A pesar de la moratoria de 1985 que prohíbe la caza de ballenas, las poblaciones de cetáceos del Mediterráneo luchan por recuperarse. ¿Por qué? Porque el mar se ha convertido en un campo de amenazas:
- Ruido submarino ensordecedor debido al tráfico marítimo,
- Colisiones con buques de alta velocidad ,
- Contaminación por plásticos ,
- Reducción de la ingesta de alimentos (en particular algunos calamares de aguas profundas cuya pesca está prohibida, pero que se han vuelto más raros),
- Molestias en las zonas de cría debido al creciente tráfico de personas.
" Se calcula que sólo quedan unos cientos de cachalotes en el Mediterráneo, muchos de ellos jóvenes machos solitarios. A veces se les ve cazando juntos, coordinados, pero carecen de espacios tranquilos en los que reproducirse ", explica Daniel.
Longitud 181: un compromiso con la vida
Este es el núcleo de la lucha de Longitude 181 por devolver el sentido, el respeto y la conciencia a nuestra relación con el océano. Nacida del mundo del submarinismo, la asociación defiende un buceo responsable, atento y respetuoso con todos los seres vivos.
" Los buceadores están entrenados para observar, no molestar y prestar atención al más mínimo gesto. No tocas, no te precipitas. Simplemente aprendes a estar ahí. Es una escuela de observación ", dice Daniel. Una escuela de cuidados que Longitude 181 quiere transmitir ahora más allá del mundo submarino. ' La vela debería ser la primera línea de defensa del océano. No un factor de presión más. "

Desde hace más de veinte años, la asociación está comprometida con tres misiones complementarias:
1. Compartir
Transmitir la riqueza del océano âeuros su biodiversidad, sus maravillas, sus misterios âeuros y crear un vÃnculo vivo con el mar. A través de guÃas prácticas, cursos de formación, documentales y herramientas educativas, Longitude 181 hace accesibles los conocimientos cientÃficos y éticos necesarios para comprender mejor y respetar los ecosistemas marinos.
2. Alerta
Sensibilizar sobre las amenazas que se ciernen sobre el océano y cuestionar a los responsables políticos sobre las actividades destructivas y las políticas inadecuadas. En particular, la asociación está haciendo campaña para que la velocidad de los buques se reduzca a menos de 10 nudos en las zonas sensibles situadas a menos de 12 millas náuticas de la costa, con el fin de limitar las colisiones y la contaminación acústica que ponen en peligro a los cetáceos.
3. Actuar .
Pasar de la retórica a la acción a través de programas concretos: peticiones documentadas de protección que deben aplicar las instituciones, ciencia participativa, apoyo a prácticas de navegación responsables, acciones legales para hacer cumplir la normativa vigente. Un compromiso popular para volver a situar el respeto a la vida en el centro de nuestras prácticas marítimas.

Porque, como nos recuerda Daniel: " Ya no tenemos tiempo de esperar a que las cosas cambien por sí solas. Tenemos que cambiar las cosas hoy. "
Observar... sin molestar
A bordo de un barco, la tentación de acercarse es grande. Para ver mejor. Para conseguir "la foto adecuada". Pero la observación de cetáceos no se improvisa. He aquí algunos puntos de referencia esenciales compartidos por Longitude 181:
? Para hacer
- Observar desde lejos al menos 100 metros
- Reducir la velocidad y entrar en capa o cámara lenta
- Permanecer en silencio limitar el estrés acústico
- Déjalo venir nunca fuerce una reunión
" La curiosidad puede convertirse en violencia. Lo que empieza como un encuentro agradable a veces se convierte en acoso. "
? Evite
- Conduzca en línea recta hacia el animal
- Cambiar bruscamente de rumbo para seguirlo
- Rodear a un grupo o interponerse en su camino
- Meterse en el agua para "nadar con ella

Lo que estos maravillosos seres tienen que enseñarnos
¿Por qué defender a los cetáceos en particular? Porque son símbolos. Porque encarnan la belleza del mundo salvaje. Y, sobre todo, porque son más parecidos a nosotros de lo que creemos.
Daniel se entusiasma: " Sus estructuras sociales son increíblemente ricas. Aún tenemos mucho que aprender de ellos. Hay intercambios de chasquidos entre individuos, diálogos acústicos profundos. Son seres sensibles, sociales, con un lenguaje, emociones y una relación con la memoria. "
Evoca la ternura de una madre con su hijo, " una especie de Virgen con el Niño "O esos momentos suspendidos en los que el cetáceo se acerca... y luego se va lentamente, como para hacernos saber que es el cetáceo el que elige.
Por otro mar
Lejos de ser una llamada a la culpabilidad, el discurso de Daniel Krupka es un llamamiento. Una llamada a la responsabilidad, pero también al asombro. " Es al entrar en contacto con los seres vivos cuando nos damos cuenta de lo que podemos perder. Que nos damos cuenta de lo maravilloso que es ver mundo. "Y quizás, al final, éste sea el mayor regalo de la navegación: aprender a vivir de nuevo en el mar. Con suavidad. Con atención. Con humildad.
Para más información:
ðµ Longitude181.org âeuros sitio web oficial de la asociación
? código de conducta para la observación de cetáceos

Conclusión
Encontrarse con un cetáceo nunca es trivial. Es un momento único, un vínculo frágil, una oportunidad. De cada uno de nosotros depende que no se convierta en una agresión más. Navegar de otra manera es también aprender a respetar a los seres vivos, incluso a los âeuros y especialmente a los âeuros cuando nos conmueven.
"La próxima vez que te encuentres con un aliento en el agua, recuerda: es el aliento el que nos ofrece el encuentro, nunca al revés"