Hombre al agua: ¿qué soluciones técnicas son necesarias para maximizar las posibilidades de supervivencia?

Caer al agua significa arriesgar la vida. Más aún de noche, con marejada o con lluvia. Una acción rápida y una anticipación técnica marcan la diferencia en esos momentos críticos. He aquí los puntos que hay que tener en cuenta y el equipo que hay que considerar para limitar las consecuencias de un hombre al agua.

La caída al agua de un miembro de la tripulación es una de las situaciones más críticas en la navegación. Cuando las condiciones se deterioran y la tripulación se reduce, el más mínimo retraso en la reacción puede ser dramático. En este artículo se examinan los aspectos técnicos y prácticos de una situación de hombre al agua.

Reaccionar en menos de diez segundos: un imperativo para la navegación rápida

A diez nudos, cada segundo cuenta. En diez segundos, el barco ya ha recorrido 50 metros. Por tanto, el primer problema es poder detectar inmediatamente la caída. Una señal automática de socorro (AIS) es esencial para desencadenar la maniobra de recuperación lo antes posible.

Para este fin, son preferibles las balizas MOB individuales con transmisión AIS, ya que alertan instantáneamente a la embarcación a través del receptor AIS, a menudo acoplado al sistema de cartografía. Lógicamente, son las embarcaciones más cercanas, especialmente de la que te has caído, las que pueden intervenir más rápidamente, a través de la alarma AIS.

Una baliza de doble función: alcance local y alerta global

Algunas balizas combinan la función AIS con la de una baliza localizadora personal (PLB), proporcionando cobertura mundial y activando la asistencia a distancia. El desarrollo de estos modelos, que combinan PLB y AIS en una sola caja, permite a los navegantes beneficiarse tanto de la cobertura local como de la retransmisión por satélite a los centros de coordinación de salvamento. Sin embargo, estos modelos son más voluminosos que las balizas AIS convencionales. Algunas miden hasta 20 centímetros y pesan casi 200 gramos.

El compromiso sobre el tamaño sigue siendo aceptable, sobre todo porque estas balizas están diseñadas para integrarse en los chalecos salvavidas modernos. También ofrecen una función EPIRB (Emergency Position Indicating Radio Beacon): una luz se enciende cuando la llamada de socorro ha sido recibida por el centro de salvamento, proporcionando una información valiosa y tranquilizadora para el superviviente.

La antena de mástil es la clave para optimizar el posicionamiento

Para maximizar el alcance de la señal AIS de un náufrago en un oleaje (su baliza AIS sólo tiene una pequeña antena a nivel del agua), es esencial captar la señal lo mejor posible. Como las balizas personales tienen una potencia de transmisión baja, la calidad de la recepción a bordo resulta decisiva. La antena más alta situada en lo alto del mástil de un velero, combinada con un divisor amplificado, aumenta considerablemente las posibilidades de recepción, incluso en condiciones difíciles.

Un transpondedor AIS dedicado con recepción amplificada facilita la localización de un tripulante que haya caído por la borda, especialmente si las olas enmascaran regularmente la señal. Amplificar la recepción AIS repercute directamente en la capacidad de detección en los primeros minutos.

Prevención de la hipotermia y el ahogamiento

Dos grandes riesgos amenazan a un MOB: la hipotermia y el ahogamiento. Por ello, la elección del chaleco salvavidas es fundamental. Un chaleco inflable con una flotabilidad de 275 newtons (en lugar de los 150 estándar) garantiza que el cuerpo se asiente mejor y que la cara permanezca fuera del agua, incluso cuando se lleva ropa pesada.

Se recomienda el uso de equipamiento adicional en el chaleco: capucha contra olas integrada, linterna para aumentar la visibilidad nocturna, silbato, bolsillo para guardar la baliza y accesorios, y sistema de amarre para evitar cualquier tirón hacia atrás de la embarcación que pueda provocar ahogamientos. El objetivo es maximizar la flotabilidad, la visibilidad y la autonomía en el agua.

Comuníquese en cuanto vuelva a bordo para evitar falsas alarmas

Una vez recuperado el superviviente, hay una cuestión crucial que no suele plantearse: ¿cómo se cancela la alerta enviada a los servicios de rescate a través de la señal del PLB? Sin confirmación de la recuperación, los recursos de rescate pueden desplegarse innecesariamente.

Un conjunto coherente de instalaciones adaptadas al programa

No existe una solución única. El equipamiento adecuado es un compromiso entre el tipo de navegación, el número de tripulantes, el presupuesto y la configuración de la embarcación. Sin embargo, es aconsejable pensar globalmente: un chaleco salvavidas adecuado debe combinarse con una baliza personal, un buen sistema de recepción AIS a bordo, una linterna e, idealmente, accesorios de supervivencia como barras de azúcar o una linterna.

La seguridad tiene un coste, pero es posible llegar a compromisos

Equipar a cada miembro de la tripulación con un equipo completo -un chaleco 275 N con accesorios, una baliza PLB/AIS combinada, una linterna...- supone una inversión considerable. A título indicativo, una baliza combinada AIS/PLB puede costar unos 600 â'¬, un chaleco de gama alta unos 300 â'¬ y una linterna intermitente entre 50 y 100 â'¬. Por no hablar de las opciones adicionales, como las luces de mano o los cortadores de cordones.

Este gasto, que supera ampliamente los 1.000 euros por persona, obliga a menudo a escalonar las compras a lo largo del tiempo. Muchos navegantes optan por equipos actualizables y compatibles, comprando componentes gradualmente. La clave está en identificar las prioridades en función del programa de navegación y la exposición al riesgo.

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