Los días en que se consideraba normal verter los efluentes, echando un velo sobre lo que ocurre después del paso del casco, han pasado. Hemos tomado conciencia de nuestro impacto en el medio acuático. Los depósitos de aguas negras se han generalizado en las embarcaciones recientes, pero son caros, difíciles de instalar en una embarcación antigua y no muy cómodos de usar. Los retretes secos son una alternativa viable, siempre que superemos los pocos prejuicios que tienen.
Mucha agua sucia por muy poco
La reticencia es principalmente intelectual. En nuestro imaginario, el saneamiento es sinónimo de agua corriente, posiblemente teñida de azul. Sin embargo, la cantidad de agua limpia que se utiliza para tirar de la cadena es enorme. Esta masa de agua sucia debe ser tratada antes de ser vertida al medio natural. Y lo que es peor, hay que transportarla y es difícil imaginar que se queme energía para mover un volumen tan grande de agua sucia. La ventilación del tanque también tiene sus desventajas: con cada uso y a pesar de los filtros de carbón, la zona alrededor del barco se llena de efluvios que dejan pocas dudas sobre el contenido del tanque. Por último, hay que vaciar el depósito a intervalos regulares y no es muy agradable programar las escalas únicamente en función de la disponibilidad del equipo de bombeo.

Una alternativa sencilla y ligera
Por supuesto, es posible utilizar un retrete químico con casete, una estación de tratamiento a bordo o instalaciones fijas en tierra, siempre que se esté amarrado en un lugar civilizado. Esto no siempre es fácil de hacer cuando se navega en un barco con un equipamiento cómodo... Los inodoros secos son una alternativa sencilla y económica. Su principal ventaja es que no necesitan agua. Esto no es realmente una perogrullada: significa menos volumen de suciedad que almacenar a bordo, menos peso y, sobre todo, no es necesario bombear el efluente.

Una solución que se adapta a casi cualquier embarcación
¿Cómo funciona en la práctica? El sistema más básico es un simple cubo con tapa que contiene arena, serrín o virutas de madera. Una simple adición de arena después de cada uso absorbe la humedad y contiene los olores. A continuación, el cubo debe vaciarse en un cubo de compostaje o, en su defecto, en un cubo de basura adecuado. El cubo se puede forrar con una bolsa para facilitar su eliminación. El lecho sanitario seco es tan higiénico como el agua y evita los olores. Su único inconveniente es que no da la ilusión de que todo desaparezca de golpe. La principal ventaja de los inodoros secos es su extrema sencillez y la posibilidad de instalarlos en todas las embarcaciones, incluidas aquellas en las que no sería posible instalar un depósito de aguas negras.

Por último, muy pocas limitaciones
Hay instalaciones más avanzadas y cómodas que el simple cubo. Estos tienen una solapa, una tapa y una bandeja de serrín integrada. También hay sistemas con separadores que permiten vaciar los líquidos en un contenedor y el material seco en otro. Existen diferentes modelos en el mercado, pero su simplicidad técnica es tal que es fácil construirlos uno mismo. En su uso, uno se da cuenta rápidamente de que las molestias y las limitaciones son mínimas: no hay olores, no hay almacenamiento pesado, no hay estación de bombeo que buscar, no hay atascos y un buen control de la capacidad del sistema...

Los inodoros marinos y los secos pueden convivir
Los inodoros secos son una alternativa muy viable a los inodoros de agua, especialmente en las zonas donde no hay suficientes estaciones de bombeo. En cualquier caso, es una opción a tener en cuenta a la hora de convertir una embarcación antigua a un diseño más ecológico. Es mucho menos complejo que instalar depósitos de aguas negras en un barco que no está diseñado para ello. También es perfectamente posible combinar los dos sistemas. Esta es la elección que se hace a bordo de varios barcos mixtos de mar y río. En alta mar se utilizan baños marinos, cerca de la costa o en los ríos baños secos.


Todos queremos preservar la calidad de nuestras aguas y hacer todo lo posible para evitar que se conviertan en un pozo negro. El bombeo de aguas negras no ha sido convincente ni se ha generalizado, hasta el punto de que sólo una pequeña fracción de la flota de yates lo utiliza realmente. La instalación de aseos secos es una forma sencilla y económica de adquirir autonomía en este ámbito. Permite cumplir la normativa, sin acumular un gran volumen de agua sucia difícil de eliminar. ¿Vamos a intentar hacer algo más limpio?
