Ataques similares
Desde el Estrecho de Gibraltar hasta el norte de Galicia, se han registrado varios ataques de orcas. El más reciente fue el 11 de septiembre de 2020, cuando un velero de 36 pies en convoy fue abordado por varias orcas. Los daños se concentraron en el timón, lo que obligó a la tripulación a soltarlo en Cascais (Portugal).
El 30 de agosto, el timón de un Oceanis 44 fue dañado a plena luz del día por un grupo de orcas de entre 6 y 8 metros.
Unos días antes, se registró un ataque idéntico a 70 millas al sur de Vigo.
En total, desde principios de julio, se han registrado no menos de 7 incidentes similares en esta zona, muy transitada por embarcaciones de todo tipo. No ha habido ninguna tragedia humana, pero los daños son graves. A esto hay que añadir el trauma experimentado por las tripulaciones, ante el sentimiento de impotencia que se siente en tal situación. La pérdida del aparato de gobierno puede tener graves consecuencias y provocar la evacuación de un velero.
Los ataques siempre han tenido lugar durante el día, en los barcos que navegan frente a la costa.
Accidentes extremadamente raros
Las colisiones entre veleros y cetáceos suelen ser fortuitas y afectan principalmente a cachalotes y rorcuales. La orca es una especie a la que le preocupan muy poco los accidentes con los veleros. Las interacciones entre los navegantes y las orcas son muy frecuentes, pero rara vez se registran accidentes.
Rápida, ágil y muy inteligente, la orca no tiene verdaderos depredadores. Por tanto, es poco probable que los cascos de los veleros se consideren un peligro para un grupo de orcas. Entre las hipótesis planteadas por Ifremer, la protección de una cría o la defensa de un territorio de caza podrían justificar este comportamiento.
Es difícil mantener la distancia con un grupo..
De la familia de los delfines, las orcas son consideradas por los científicos como mamíferos sociales y muy inteligentes. Desde entonces, las autoridades marítimas españolas han pedido a los buques que "mantengan la distancia" con las orcas para evitar nuevos incidentes. Pero la tarea parece complicada. El único paréntesis para un navegante es evitar cruzarse en el camino de un grupo de orcas en el mejor de los casos. Como recordatorio, las orcas pueden alcanzar velocidades de hasta 24 nudos.
