Ferrari Arno XI, un indomable coche de alta mar construido para los récords

El fabricante italiano no sólo producía coches rojos, sino también todoterrenos del mismo color. En los años 50, Ferrari participó en el diseño de un hidroavión que batió el récord de velocidad en la categoría de menos de 800 kg.

La materia de los héroes, pero en un barco

En los años 50, los fabricantes de automóviles competían por establecer diversos récords en tierra, pero también en el agua. Alfa Romeo, Maserati y Ferrari ponen a prueba su rivalidad adaptando bloques de motor de automóviles a pequeños todoterrenos de la categoría de menos de 800 kg. Las vías navegables interiores fueron el escenario de batallas de velocidad que mataron a muchos conductores. Este Thunderboat es el resultado de la colaboración con el piloto Achille Castoldi y el propio Enzo Ferrari.

600 CV para 790 kg

El casco es de tipo "hidroplano". También conocido como "casco de 3 puntos", su estructura es de madera dura y está recubierta de chapa de caoba. El motor es aerodinámico con un perfil de aluminio que termina en una aleta de tiburón. Una vez elevado, el hidroavión descansa sobre dos patines laterales y una pequeña hélice de dos palas, que tiene una velocidad máxima de unas 10.000 rpm. Todo ello está impulsado por un monstruoso bloque V12 Ferrari 375 F1, que desarrolla 600 caballos de potencia instalado justo delante del piloto.

Construida por el astillero Timossi Azzano, esta embarcación batió el 15 de octubre de 1953 el récord mundial de velocidad para una embarcación de la categoría de menos de 800 kg, con una velocidad de 241,708 km/h (130,51 nudos) en el lago Iseo, cerca de Milán. Esta velocidad era aún más notable porque el piloto no tenía asistencia de dirección.

El trimado y los flaps móviles no existían en 1953 y la dirección es por cables que actúan sobre un diminuto timón de acero inoxidable. Se necesitó mucha destreza para mantener en línea este casco, diseñado para ir en línea recta. Los intentos de récord se realizaron a primera hora de la mañana, cuando el agua estaba más cristalina.

Una pieza de coleccionista

Tras su récord, el barco se vendió al industrial italiano Nando Dell'Orto, que mejoró su aerodinámica y siguió compitiendo con éxito durante más de 10 años, ganando el Campeonato de Europa en 1960.

En los años 90, el offshore fue vendido a un coleccionista que hizo restaurar el bloque motor por la fábrica de Ferrari en Maranello, que aprovechó para aumentar su potencia hasta los 700 caballos. Durante el Gran Premio de Mónaco de 2012, se vendió en una subasta por la suma de 892.000 euros, y desde entonces se expone en el museo de Ferrari.

Ahora se vuelve a poner a la venta por una suma obscena, apropiada para una pieza de coleccionista que lleva el caballo rampante. Se han construido otros todoterrenos para Ferrari, pero el Arno XI sigue siendo el único barco del mundo con un motor fabricado por la firma italiana.

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