Los grandes cabos legendarios son aquellos que el hombre no ha podido atravesar sin una buena dosis de coraje -o temeridad a los ojos del hombre común-. En su día marcaron los límites del mundo conocido. Cada vez que se cruzaban era un paso en el descubrimiento del Mundo. La flota de competidores de la Vendée Globe ya ha pasado por dos de ellos: el Cabo Bojador en la primera semana de la regata, y luego el Cabo de Buena Esperanza.
El Cabo Leeuwin no tiene la misma historia, nunca ha sido testigo de trágicos naufragios, sólo marca la salida del Océano Índico y la entrada en el Océano Austral, aunque esta característica es discutida. Tampoco es el más meridional del continente austral, sólo el más suroccidental y se dice que es el más alto de Australia continental.
No fue bautizado hasta 1801 por Matthew Flinders, cartógrafo inglés y explorador de las costas del sur del continente austral. Le puso el nombre de un barco holandés, el Leeuwin ...que en 1622 descubrió esta costa.
Este cabo se está dando a conocer y ha adquirido su estatus de gran cabo desde que los patrones navegan y compiten por todo el mundo. Globo de Oro primero, Whitbread con tripulación, y sobre todo desde la primera edición de la Vendée Globe en 1989. Una primera edición que vio ganar a Titouan Lamazou en poco más de 109 días y que también vio volcar a Philippe Poupon rescatado por Loïc Peyron. Haber elevado este promontorio al título de gran cabo es, de hecho, también una forma de rendir homenaje a Australia y a su armada, que es, junto con la de Nueva Zelanda, solicitada a menudo por los competidores en dificultades en la inmensidad del Océano Austral.
