En el mar, en una hermosa mañana de invierno o de verano. La temperatura es un poco baja. En el Cenit, el sol aporta un agradable confort al cuerpo y a la mente.
Formación rápida del fenómeno
Sin viento, una situación de alta presión. De repente, la temperatura desciende bruscamente y, con ella, la visibilidad disminuye. La niebla cae y te encuentras inmediatamente en un espeso capullo sin ninguna visibilidad.

No se puede hacer ningún reproche por los imprevistos o la falta de preparación. Si las condiciones son propicias para la formación de niebla, la previsión de manchas es prácticamente imposible. Es el encuentro entre una masa de aire frío y el agua calentada, aunque sólo sea en la superficie, por los rayos del sol. De ahí el repentino descenso de la temperatura que acompaña a este sorprendente fenómeno.
Aunque es común en el Canal de la Mancha/Mar del Norte, este fenómeno es más probable que ocurra cuando el agua es cálida. En otras palabras, es probable que la llegada de aire frío alpino sobre el mar Mediterráneo, más cálido, provoque estos bancos de niebla. Es una práctica habitual nombrar la niebla en los informes meteorológicos marinos para visibilidades inferiores a 0,5 millas.
Más allá de la costa, es el fenómeno contrario el que producirá la llamada niebla de advección. Esta niebla será a menudo menos densa, pero más alta.
Permanecer anclado

El primer reflejo, si no estás navegando, es quedarte mojado donde estás. De este modo, no sentirá la necesidad de hacer señales, ni de vigilar o estar atento a los informes de otros barcos en la zona. Si tiene la suerte de estar en una zona de fondeo identificada en las cartas, en principio, no tiene nada que temer. Permanezca a bordo de su barco, manténgase caliente y deje pasar el fenómeno.
Enciende el fuego
Si está anclado fuera de la zona cartografiada, la señalización ya colocada (la bola de anclaje) es invisible para otros barcos. Para señalizarte, actúa como si estuvieras navegando de noche con el objetivo de hacerte lo más visible posible. Encienda todas las luces de navegación estándar (babor y estribor), la luz de amarre y la luz del mástil. Si hay otras luces disponibles (luces del casco, de la cubierta, etc.), enciéndalas. La visibilidad de la radio también es importante, así que es el momento de encender el AIS y la VHF.
Haz algo de ruido

La niebla tiene la particularidad de filtrar la luz, pero no sólo. La densidad del aire ambiente saturado de humedad hace que el transporte del sonido cambie a mejor. A modo de comparación, en el aire seco a 20º, el sonido viaja a 344 metros por segundo, mientras que en el agua lo hace a 1.482 metros por segundo. Si consideramos que la niebla aparece a partir del 60% de humedad, obtenemos empíricamente una velocidad de movimiento del sonido cercana a los 800 metros por segundo.
También puedes aprovechar esta oportunidad para señalarte. Esto es lo que recomienda el RIPAM en cuanto a las señales acústicas en la niebla. La regla 35 sobre señales acústicas en condiciones de visibilidad reducida establece ciertos principios:
- Un barco errante tendrá que emitir un sonido prolongado al menos cada 2 minutos.
- Un barco sin rumbo emitirá dos sonidos prolongados al menos cada 2 minutos.
- Un velero se manifestará con un sonido prolongado seguido de dos sonidos cortos al menos cada 2 minutos.
- Una embarcación fondeada puede emitir un sonido corto seguido de un sonido prolongado y un sonido corto de señalización.
- Un barco piloto, en cambio, emitirá cuatro sonidos cortos para hacerse notar.
Escucha el ruido
Todas estas señales, si pretenden que los demás se fijen en ti, sólo resultan interesantes si los demás están realmente escuchando. Esto significa que la vigilancia visual, habitualmente permanente y constante, se sustituye de facto por una atenta vigilancia auditiva durante un episodio de niebla. Por lo tanto, es importante que tanto la tripulación como el propio buque hagan el menor ruido posible durante este periodo. En segundo lugar, el patrón debe conocer las reglas de estas emisiones de ruido para poder identificar a un buque que se está señalizando.
Lo ideal es que una persona en la proa y otra en la popa de la embarcación escuchen el ruido. Este miembro de la tripulación será capaz de diferenciar entre las direcciones -adelante, atrás, a su izquierda o derecha- y los tipos de señales sonoras -campana, sirena de niebla, gong-. Por supuesto, tendrá que explicar a este "miembro del equipo de escucha" que hay que tener en cuenta el número de ocurrencias y la duración de los sonidos para poder entenderlos con claridad.
En caso de emergencia
En un caso de emergencia (una embarcación no le ha visto o usted no ha visto una embarcación y hay riesgo de colisión), tiene la posibilidad formal de manifestar su presencia por cualquier medio no previsto en el RIPAM. En otras palabras, puede activar cualquier medio sonoro útil siempre que no realice uno de los mensajes normalizados (virar a un lado o a otro, ir hacia atrás...), complementado con un intento de establecer contacto por VHF.
Y tú, ¿has experimentado alguna vez golpes de niebla sorprendentes, preocupantes o, peor aún, accidentales? Ven y comparte con nosotros tus aventuras en la niebla en el Club Náutico !