Un velero abandonado en tierra durante más de 10 años
Duracell, el Open 60 de la Vendée Globe de 1989, lleva muchos años en tierra. La ambición de Matt es transformarlo para su nuevo proyecto de crucero en pareja, tras varios años de experiencia con su pareja en un yate de 40 pies. El estado de la embarcación, aunque no es catastrófico, requerirá un trabajo exhaustivo.
Matt nos lleva a una visita guiada por el barco, que ahora está aparcado detrás de su casa. Descubrimos una cabina profunda y cerrada, con imponentes cabrestantes y complejos sistemas de timón suspendido. Probablemente se simplificarán y se revisarán las hojas principales para ahorrar espacio. La cubierta de proa, a falta del mástil, parece gigantesca.
Un interior a revisar para transformar el barco en un crucero
En el interior de la caseta del perro, Matt nos presenta un asiento de reloj skai de época y una cocina reducida al equipamiento más sencillo. Debajo de la cubierta, los espacios separados por tabiques estancos están dedicados únicamente a espacios técnicos. Matt mantendrá allí la sala de máquinas, pero pretende aprovechar el volumen para crear un interior "acogedor", haciendo desaparecer los equipos y lastres existentes.
Como él mismo resume, ¡partiremos de un bonito y saludable vacío con un puente sobre él!
El vídeo está en inglés. Para aquellos que no dominen la lengua de Shakespeare, no duden en activar los subtítulos automáticos en inglés, que pueden ser una ayuda útil.